La irrupción de la pandemia ha supuesto todo un reto para el equipo que lidera: desde trasladar la experiencia física al entorno online con las cafeteras de Nespresso a buscar una alternativa para el mantenimiento de las 5.000 líneas de producción que tiene la multinacional.
Carolina Pinart encabeza varias misiones: la primera es ser la directora de Nuevas Tecnologías de Producto en Nestlé, y la segunda –y no menos importante– tratar de explicarle a su madre cuál es exactamente su cometido. La tarea no es fácil, en parte, porque la magnitud de la empresa tampoco facilita la explicación.
La compañía, líder mundial en nutrición, salud y bienestar, obtuvo en 2020 unas ventas de 84.300 millones de francos suizos (algo más de 77.000 millones en euros) y cuenta con más de 2.000 marcas. Entre todo este maremágnum de cifras, la directiva asume el “peso” de ser la única directiva en España al frente del área de nuevas tecnologías.
Asimismo, la ejecutiva también es responsable de liderar parte de inteligencia artificial de Nestlé. Además, desde hace poco, también supervisa y coordinar toda la rama de innovación que se hace desde el hub global de Barcelona.
Trabajar por la mañana para San Francisco y por las tardes para Asia
La catalana se incorporó en la multinacional en junio de 2017 y, desde entonces, en su jornada laboral depende los usos horarios de medio mundo, entre otros muchos pormenores. “Es mi pan de cada día”, cuenta con total normalidad. Nestlé está presente en 186 países, esto implica que la directiva puede trabajar por la mañana para San Francisco y por la tarde para cualquier región del suroeste asiático.
“El horario no es un problema. Adentrarme en el mundo de la alimentación sí lo fue”, reconoce. La doctora en Telecomunicaciones quita peso a lo complejo de su jornada laboral y señala que el verdadero desafío fue asumir el cambio de ámbito laboral.
“En Nestlé hay mucha tecnología que da apoyo el negocio, pero yo venía de trabajar en empresas que producían tecnología, y aquí es un medio para un fin que es producir comida y bebida y lo más importante: que se venda”, relata.
De hecho, la ejecutiva trabajaba antes para otros sectores. En Telefónica hacía servicios de Movilidad para Automoción y también para el ámbito de la Salud, pero el punto de partida siempre era la innovación. “Es muy distinto cuando trabajas en la propia industria y tienes que usar la tecnología para ayudar al negocio”, admite.
Detrás de las cafeteras de Nespresso
La directiva detalla que, entre los proyectos que llevan a cabo, los centrados en los consumidores han resultado más transcendentales que nunca a raíz de la pandemia. El ejemplo más claro se encuentra en la campaña que llevó a cabo para Nespresso. Había que abordar la problemática de las tiendas cerradas y por ende, la imposibilidad de los usuarios para testear qué cafetera era la idónea.
Así, el equipo liderado por Pinart dieron con la alternativa: la inteligencia artificial. Se trataba de incorporar la realidad aumentada a través de 2 variables. Ahora, desde la propia web el cliente puede comprobar cómo quedaría la cafetera en su encimera y desde allí, realizar la compra.
“Mi madre se metió en la web de Nespresso y me dijo ahora puedo comprobar qué cafetera me encaja mejor, y le dije pero si esto lo he hecho yo”, cuenta la directiva como anécdota, lo que, sin embargo, lleva a una realidad incontestable: la gente que antes no compraba online lo está haciendo y eso cambia, por completo, el tablero de juego.
En Nestlé, explica, reciben unas 30 millones de llamadas al año, y con la imposibilidad del comercio físico había también que trazar un plan para agilizar estos procesos: “Se han reforzado todos los canales telefónicos así como chats para que la gente que compre online tenga todas las oportunidades”.
Cuando la pandemia quitó el sueño al equipo de Nestlé
Pinart lidera un equipo de 14 personas, pero explica que existe una gran red de socios que proporciona servicio cuando se requiere. Además, en momentos puntuales, existe una cooperación entre otros agentes de la compañía como los que asumen la parte de la web o de plataformas.
Así, otro de los grandes proyectos que lidera el equipo de Nuevas Tecnologías es del trabajar en la propia operatividad del equipo de Nestlé, que se eleva a 300.000 empleados.
Cuando la pandemia irrumpió los ingenieros que arreglan los robots con la misma precisión que lo hacen los centrados en la Formula 1 les era imposible viajar. Sin embargo, las 5.000 lineas de producción que tiene la compañía en todo el mundo requerían de un constante mantenimiento. Además fueron muchas las optimizaciones que se tuvieron que hacer: “La rama centrada en profesionales se redujo mucho, y en cambio se fomentó la comida precocinada”.
Ante esta nuevo desafío, la compañía desplegó la asistencia remota con realidad aumentada, de forma que los profesionales podían llevar a cabo ciertas operaciones guiados de forma remota como si tratara de una telecirujía. “El despliegue fue muy rápido, la situación requería que lo fuese. En 2 semanas estaba operativo”, explica la directiva, que sí admite que la gente durmió poco en ese breve pero intenso lapso de tiempo.
“La inteligencia artificial no salvará vidas, pero sí las mejorará”
En 2019, la ambición de la multinacional era convertirse en 2025 en una compañía 100% cognitiva. Sin embargo, la ejecutiva añade un matiz: “Donde merezca serlo”. Pinart es consciente de todo lo que queda aún por escalar.
La directiva no pasa por alto que como ha pasado en otras grandes revoluciones habrá trabajos que se pierdan, pero sí explica que la inteligencia artificial no puede ser la respuesta todo. “Un jardinero o un peluquero por la complejidad de su tarea es difícilmente automatizable a día de hoy, pero el que, por ejemplo, revisa cientos de contratos iguales la cosa cambia”, apunta.
Tan importante es no perder el eje de actuación como lo es poder llevarlo a cabo. “La inteligencia artificial no sirve de nada sin los datos”, explica. La multinacional ha ido creciendo en base a adquisiciones y el hecho de integrar los sistemas de nuevas compañías no es un reto minúsculo: es primordial lograr una buena correlación entre un sinfín de referencias para poder operar.
Pese a todo, la directiva no pierde el foco y considera que la clave pasa por discernir en dónde de las más de 80 fábricas que tiene la multinacional tiene sentido su aplicación y en donde el coste de hacerlo no compensará. Así, y frente a todo lo que está por venir, Pinart lo tiene claro: “La inteligencia artificial no será aquello que salve vidas, pero sí lo que las mejore”.