Luego de que el plenario de comisiones en la Cámara de Diputados de la Nación votó sin cambios el proyecto de ley de etiquetado frontal –que ya cuenta con media sanción del Senado–, ahora se encamina al tratamiento y la votación final en la Cámara Baja, que se estiman para las semanas posteriores al receso invernal.
El núcleo del proyecto de ley de etiquetado frontal impulsa un cambio en el rotulado de los alimentos y de las bebidas sin alcohol envasadas. El cambio implica la adición de un sello de advertencia en la cara principal del producto por cada nutriente crítico en exceso: azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías. La misma prevención se aplica para los casos de valores superiores en cafeína y para alertar sobre el contenido de edulcorantes no recomendados para niños y adolescentes.
Según el proyecto, las leyendas deberán estar en octógonos negros, con bordes y letras de color blanco en mayúsculas, y su tamaño no podrá ser inferior al cinco por ciento de la superficie de la cara frontal del envase. La medida alcanza desde la fabricación hasta la comercialización y la importación de alimentos y de bebidas.
“La regulación en el etiquetado frontal de alimentos garantiza información clara y accesible al consumidor, y hace valer uno de sus derechos”, resalta Rosana Forcato, actual secretaria del Colegio de Nutricionistas de Córdoba. “Hace mucho se buscan políticas para disminuir la alta prevalencia y los índices de sobrepeso y de obesidad en edades tempranas, así como también las patologías relacionadas (hipertensión, diabetes, etcétera)”, añade.
El artículo 14 del proyecto de ley busca regular los productos que se comercializan en escuelas y en colegios. Los paquetes que presenten cualquiera de los octógonos negros “no podrán ser expendidos, comercializados, promocionados y/o publicitados dentro de las Instituciones Educativas comprendidas en la Ley 26.206 de Educación Nacional o la norma que en un futuro la reemplace”, reza el artículo mencionado.
Gabriela Moreno, presidenta de la cámara de Industriales de la Alimentación de Córdoba (Adiac), expone en una respuesta por escrito a la consulta de La Voz: “Los alimentos de por sí no son los enemigos, las personas somos seres integrales y la alimentación es un factor que no solo cumple un rol estrictamente nutricional; si bien es importante que los alimentos tengan un rotulado adecuado, es también fundamental la educación en los hábitos saludables”.
Desde el Colegio de Nutricionistas determinan que la ley apunta a dar una herramienta para tomar mejores decisiones alimentarias y advierten que “el etiquetado que exige el código alimentario actual no es claro para la población”.
La Cámara de Industriales de la Alimentación de Córdoba considera que si bien es “valioso que el consumidor tenga la información suficiente a la hora de decidir qué productos consumir”, creen que “se está instalando el tema intentando buscar culpables, en lugar de generar un espacio de discusión”.
“Existe un trabajo en conjunto de los colegios de todo el país en esta lucha para que salga la ley”, destaca Forcato.
El proyecto de ley estipula que los envases que posean octógonos negros no podrán tener información nutricional complementaria: logos o frases con publicidad, promoción, patrocinio o avales de sociedades científicas o asociaciones civiles; ni personajes infantiles o celebridades de ninguna índole; ni la promesa de entrega de premios o de regalos. A su vez, Forcato explica que “los sellos no pueden convivir con leyendas relacionadas a una cualidad nutricional positiva, por ejemplo, vitaminas y fibras, porque el nutriente crítico es más dañino que el beneficio”.
“Es incorrecto pensar que una persona que consuma productos sin azúcar, sin sal y sin calorías se está alimentando bien y lleva una vida saludable; y la buena intención de disminuir la obesidad incluye muchos más hábitos saludables y una equilibrada dieta que contenga todos los grandes grupos alimentarios”, opina la ingeniera agrónoma Moreno.
Frente a los argumentos que dicen que la ley en debate no es suficiente, la representante de los nutricionistas expresa que “suficiente para cambiar la conducta de los individuos quizás no es, pero no quiere decir que no sea necesario o que no sea un factor clave y extra para los objetivos a largo plazo, que son reducir la incidencia de las enfermedades”.
ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS
La iniciativa en debate tomó como fuentes el perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y para sus impulsores en el Congreso es el que mejor se corresponde con las recomendaciones de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (Gapa).
Ya está implementado este tipo de etiquetado en otros países de la región. Entre ellos, se encuentran Chile, México, Uruguay, Perú, Ecuador y recientemente Brasil. Más allá de que avanzar hacia la aprobación de la medida implica cambiar el packaging, el diseño y la fabricación, en todos estos países las marcas se adecuaron a la medida.
Mientras desde el Colegio de Nutricionistas de la provincia abogan por una pronta aprobación e implementación del proyecto, la Adiac no se pronuncia de manera contundente y resalta la necesidad de compatibilizar normas en la región: “A la fecha, hay muchos avances a nivel Mercosur, y la discusión debería seguir encaminada en ese ámbito”, plantean en su respuesta escrita.