Los ganaderos arrancan este lunes en Cantabria un nuevo mes de protestas por los bajos precios pagados por la leche en origen. La subida de la factura eléctrica, del gasóleo y de los precios de los piensos asfixian al sector desde hace meses. “Los costes de producción se han incrementado de una forma salvaje en los últimos meses. Es insostenible. No hay ni un euro de margen”, alerta Gaspar Anabitarte, secretario general de UGAM-COAG.
El desplome del número de ganaderos que se dedica a la leche líquida de larga duración demuestra la fragilidad de este sector en los últimos años. A principios de siglo, existían en España unos 130.000 productores de leche de este tipo. Ahora sólo quedan entre 12.000 y 13.000, calcula María Jesús Villamide, profesora de Producción Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). “El precio que les pagan [a los ganaderos] por la leche no les cubre los gastos. Los gastos los cubren añadiendo el precio que obtienen por la carne, más los pagos de la PAC (…) Sino, sería imposible”, explica Villamide.
Los ganaderos lácteos llevan años reclamando un aumento del precio que reciben por la leche. El Observatorio de la Cadena Alimentaria, un intrumento que coordina el Ministerio de Agricultura, publicó en junio un estudio sobre los ingresos, los costes y los precios del negocio de la leche líquida en España. Entre 2018 y 2020, los productores cobraron algo menos de 33 céntimos por litro de leche. Producirlo, sin embargo, les costó casi 36 céntimos. Esa diferencia la compensaron con otros ingresos generados en la explotación.
El problema es que la subida del gasóleo, de la luz y de la alimentación están complicando el 2021 a los ganaderos. Alimentar a las vacas supone entre el 55 y el 60% de los costes de producción de una granja. Al ganado se le puede dar de comer alimentos producidos en la propia explotación, o bien ponerles piensos fabricados fuera de España. Son precisamente los ingredientes para elaborar estos piensos los que se han encarecido. Hablamos del maíz y de otros cereales. Por otro lado está el repunte de la factura eléctrica. La energía es fundamental para ordeñar a las vacas y mantener fría la leche almacenada en los frigoríficos. “Estos dos factores están ahogando a los ganaderos”, dice la profesora.
“Con la actual subida de estos precios, así como del resto de factores de producción (gasóleo y electricidad), producir un litro de leche hoy cuesta cuatro céntimos de euro más que en septiembre del año pasado. Esto no se ha tenido en cuenta en los contratos realizados hasta ahora, pues el precio de la leche ha permanecido estable en una horquilla entre 32 y 34 céntimos de euro”, denunció en junio Asaja, otro sindicato agrícola.
Los precios del ‘súper’
Las protestas de los agricultores y ganaderos a principios de 2020 contra los bajos precios en origen del aceite empujaron al Gobierno a aprobar un decreto que limitó las prácticas abusivas. El Ejecutivo impulsó, además, una reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, que entrará en vigor en noviembre. Se trata de un mecanismo pensado para proteger al débil en la cadena. La norma obliga a los intermediarios a pagar un precio igual o superior al coste de producción del eslabón anterior. El valor de los costes se acuerda entre vendedor y comprador. En el contrato debe figurar que el precio pactado cubre el coste de producción.
Algunas compañías, como Mercadona y sus proveedoras, ya han reaccionado a esta nueva oleada de protestas y han prometido subir los precios de venta al consumidor y los de compra a los ganaderos, informa El País. Pero desde COAG y Asaja dicen que son aumentos insuficientes para cubrir los costes. “Sería necesario un mayor esfuerzo por parte de la distribución por valorizar el producto, ya que en ocasiones se sigue utilizando la leche como productor reclamo”, añade Asaja.
Según los datos de 2020 publicados por el Ministerio, un 41% de la leche líquida de larga duración se vende entre 55 y 60 céntimos el litro. El 39% se comercializa entre 60 y 70 céntimos y el 27% de la leche, entre 70 y 80 céntimos. “Hay una diferencia enorme entre lo que pagan a los ganaderos y lo que nos ponen a nosotros en los supermercados. Por eso hacen esas ofertas”, señala Villamide.
La patronal Asedas, que reúne a supermercados como Mercadona, Lidl y Dia, se defiende: “Nuestra voluntad es ayudar en lo posible a conseguir que el sector sea sostenible, haciendo que esto sea compatible con atender debidamente las necesidades y demandas del consumidor, que no debe ser quien pague los problemas que afectan a éste u otros sectores”.
La asociación insiste en que toda la cadena debe caminar junta para “mejorar la sostenibilidad” del sector lácteo en España: “Solo el 30% de la leche producida tiene como destino la leche líquida de larga duración, mientras que el resto se dedica a productos lácteos de mayor valor añadido. En los países de nuestro entorno, el porcentaje de leche destinada a dichos productos de mayor valor añadido (quesos, yogures, etcétera) es muy superior, alcanzando de media el 87%”. La patronal emplaza a todos los eslabones a avanzar en ese objetivo sostenible “cumpliendo las normas de competencia y desde el respeto al consumidor”.
En cualquier caso, los sindicatos, que se han manifestado en julio en Andalucía, seguirán su cruzada este lunes con protestas en Maliaño (Cantabria) y frente a unas instalaciones de Lidl en Málaga.