Silvia Dávila siempre ha buscado posiciones que la reten cada vez más y le permitan hacer lo que más ama: operar. Ha sentido miedo, pero nunca se ha detenido.

Si una palabra pudiera describir a Silvia Dávila, esta quizá sería imparable. Desde que asumió la primera dirección en su carrera hasta la última, ha pasado por siete puestos directivos, uno detrás de otro en tres empresas distintas, y ha realizado tres mudanzas. El último cargo es justo el que hoy ocupa: la presidencia de Danone región Latinoamérica.

Su actual puesto sintetiza 30 años de experiencia profesional y de aprendizajes, entre los cuales ella destaca: claridad sobre qué le gusta y qué no, sobre sus mayores habilidades y sus valores.

Eso hace la diferencia entre la joven que a los 28 años recibió la dirección de Mercadotecnia de Procter & Gamble y la mujer que hoy preside Danone a nivel regional.

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En 2017, cuando buscaba dar el paso siguiente en Mars, donde se desempeñaba como Chief Marketing Officer (CMO) a nivel global, Danone le ofreció la vicepresidencia de Lácteos para Latinoamérica.

Silvia no dudó en aceptar, pues el nuevo puesto cumplía dos de las características que para ella son importantes: tener influencia e impacto en la operación. Y en el negocio de lácteos de Danone lo tendría, ya que representa 80% del negocio, con una facturación, en ese entonces, de 1.6 billones de euros y 26,000 empleados en la región.

“Me gusta medir mi trabajo en el impacto y el impacto prometía ser muy grande; toca a mucha gente y tenemos una presencia importante en el mercado”, cuenta Dávila en entrevista con Dalia News+Media, la plataforma de información y noticias del proyecto de educación continua enfocado a mujeres, Dalia Empower.

Una líder enamorada de la operación

Llegar a esa conclusión, sobre lo que buscaba hacer en términos profesionales, fue uno de los mayores descubrimientos de su carrera.

Sucedió después de ser gerente general del negocio de mascotas en Mars, en el cual duplicó las utilidades en dos años, y tras asumir posteriormente el cargo de CMO, el cual, aunque le dio una perspectiva global, se trataba de un puesto meramente funcional donde elaboraba estrategias.

“Estar ahí me dio un regalo importante, saber que me gusta estar cerca de la operación, de las ventas, de las utilidades; algo que me dio la gerencia general. Soy muy buena operando”, dice. Y esa es la experiencia que Dávila llevó a Danone, una vez al frente de los negocios de lácteos y agua.

Silvia ha buscado siempre un reto mayor al anterior y admite que en muchas de las posiciones que asumió tuvo miedo. Sin embargo, hoy, una de sus mayores lecciones es no temer a equivocarse. Eso le permite sentirse firme y con convicción, y busca transmitirlo a sus equipos.

“Un error no te define. Te equivocas, corriges y punto. ¿Qué es lo más grave que te puede pasar? ¿Qué te corran? Incluso si sucede eso, habrás aprendido”, refiere la ejecutiva, quien participa en la clase magistral de Dalia Masters Ser Mujer, En nuestras propias palabras, junto con otras 10 mujeres brillantes y diversas como Gabriela Warkentin, Vivir Quintana y Ophelia Pastrana.

En el proceso de crecer y ganar experiencia, dice Silvia, escoges tus batallas y asumes que no las ganas todas.

La importancia de los demás para crecer

El camino de una ejecutiva puede ser muy solitario, por ello, Silvia Dávila ha sido muy importante rodearse de las personas adecuadas tanto en su equipo de trabajo como en su familia, y también en sus redes de contacto, donde el networking ha sido fundamental para ella.

Si bien el área de reclutamiento de toda empresa hace una selección del equipo de acuerdo con aptitudes, es más difícil medir la actitud. En ese sentido, Dávila menciona que el regalo más grande que le han dado sus posiciones de trabajo ha sido la posibilidad de escoger uno por uno a los integrantes de su equipo y verificar la actitud de forma personal.

“Tienes que buscar que compartas [con ellos] valores, hambre de crecimiento; el decir las cosas como son, que cuestionen y, sobre todo, que no digan a todo que sí porque de lo contrario entran al espacio de no crecimiento y entonces sí, preocúpate”, señala.

Más mujeres en el momento clave

Un momento clave para la red de contactos de Silvia fue la invitación que en 2011 recibió para participar en el International Women’s Forum. Ella estaba estaba a punto de asumir su primera gerencia general en Mars, un reto importante en su carrera.

En aquel foro conoció a 35 mujeres en posiciones similares a la suya. Desde entonces, se reúne con ellas tres veces al año.

“En ese momento me di cuenta de que no estaba sola. Tengo con quien ir a debatir ideas; encuentras a quién pedir ayuda y con quién hacer networking”, dice.

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Una familia flexible

Pero en todos estos años las personas que más la han apoyado están en su familia: su esposo y sus dos hijos.

Cuando entró a trabajar a Mars, vivió en Querétaro y como CMO tuvo que trasladarse a la sede de la empresa en Bruselas. Su familia se mudó con ella.

Su esposo, dice, ha contribuido a mantener la continuidad familiar y eso ha permitido que ella pueda tomar tan altas responsabilidades en su trabajo.

En sus idas y venidas, su esposo, ingeniero industrial de profesión, encuentra en qué desempeñarse laboralmente. De regreso de Bélgica a México “encontró un trabajo formal; después empezó a dar consultorías. Siempre ha buscado adaptarse”.

Para todos en su familia el mayor aprendizaje ha sido ser flexibles. “Opero de forma muy cómoda; me ayudan en este proceso completamente”, dice.

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