Este enfoque “está preparado para ser aceptado en la generalidad más rápido de los que mucha gente cree”, mencionó, ya que genera una situación de beneficio para todas las partes, los consumidores reciben alimentos más sanos, los agricultores pueden tener un futuro más seguro y con mejores rendimientos, y para el planeta representa una oportunidad de curarse y restaurarse.
Es por ello que muchas empresas ya iniciaron su adaptación, por ejemplo en 2019 General Mills, fabricante de Cheerios, Yoplait y otros productos en Estados Unidos, anunciaron que comenzarían a abastecer una parte de su maíz, trigo, productos lácteos y azúcar de productores que practique la agricultura regenerativa y se comprometió a promover la práctica en 405 mil hectáreas para 2030.
Asimismo, PepsiCo está adoptando estos procedimientos en 2.8 millones de hectáreas en sus tierras de cultivo. Cargill declaró que pretende hacer lo mismo en 4 millones de hectáreas para 2030, y WalMart se ha comprometido en avanzar en 20 millones de hectáreas.
Otras empresas que se suman a esta corriente son Danone, Unilever, Hormel, Target y Land O’ Lakes.
Para poner un contexto, en Estados Unidos tan solo 2 millones de hectáreas se dedican a la agricultura orgánica, señala la nota.
En México también comienza a verse este cambio, en abril Bimbo dio a conocer que está impactando de manera positiva a poco más de 14.8 mil hectáreas a través de cultivo sustentables de maíz y trigo con agricultura regenerativa mejorando la salud del suelo, y que con ello han logrado reducir en 10% el uso de agua por tonelada en el maíz y hasta 92 kilogramos de dióxido de carbono, en Hidalgo y Juárez, así como 24% de agua por tonelada, y entre 45 y 60 kilogramos de dióxido de carbono en el trigo sustentable, en Sonora y Sinaloa.
Agricultura regenerativa
Aunque aún no cuenta con una definición oficialmente acordada, la agricultura regenerativa aplica prácticas agrícolas que buscan revitalizar la salud del suelo y mantenerlo activo el mayor tiempo posible. Estas se centran en extraer el carbono del aire y almacenarlo en el suelo, además de ayudar a la tierra a ser más resiliente ante los fenómenos meteorológicos extremos.
Los principios fundamentales son los relacionados con la conservación de los recursos e incluyen, la siembra directa (minimizar la perturbación del suelo), la reutilización de los residuos de las cosechas como abono natural, el empleo de cultivos de coberturas, el manejo integrado de nutrientes y de plagas (minimizar el uso de productos químicos), la rotación de cultivos (mantener coberturas en el suelo) y la
integración de la agricultura con los bosques y la ganadería, explica Rattan Lal, el científico del suelos, Nobel de la Paz y Premio Mundial de Alimentación 2020.
Demanda
Esto pudiera tener próximamente un efecto importante en el consumo, ya que de acuerdo a Nielsen el 75% de los consumidores millenials están modificando sus hábitos de compra tomando en cuenta el medio ambiente, asimismo las acciones tomadas por la empresas señaladas anteriormente, son un reflejo de sus expectativas, de que en un tiempo no muy lejano sus clientes compraran alimentos producidos de forma regenerativa por los beneficios que producen.
Además, con las nuevas tecnologías como los satélites, sensores inteligentes y el blockchain (que mejora la trazabilidad), los consumidores podrán dar seguimiento a la producción de sus alimentos, tomando en cuenta desde las emisiones de dióxido de carbono, el secuestro de carbono en el suelo, hasta el uso del agua y la biodiversidad.
Redacción: Miguel Ángel Delgado