Son las 7:30 de la mañana del viernes 27 de agosto, los rayos del sol comienzan a abrazar la ciudad y el campo, la temperatura es agradable y nos dirigimos hacia una pequeña chacra a unos 1.000 metros, al este de la ciudad de 9 de Julio.
Allí nos espera Ramón Balle que desde hace 56 años es productor tambero o de leche como queramos llamar. Es uno de sus últimos días como tambero. En si hoy martes 31 de agosto fue el último ordeñe de sus 11 vacas. “Tengo que dejar la quinta que alquilo, además los chicos me lo están pidiendo que deje ya”, comenta con una sonrisa, la que es permanente en él. Seguro la misma sonrisa más allá de la nostalgia, que tuvo hoy, cuando salió con su rastrojero verde y sus dos tarros con los ultimos 60 litros de leche producida, y que venía entregando a una fábrica de muzzarella.
Hablar con Ramón Balle es hablar con una persona agradecida. No se encuentra en sus palabras queja y asegura “ser tambero me permitió criar a mi familia, siempre me gusto y fue una pasión”.
Todo empezó cuando tenía 11 años, su padre falleció y a sus 12 años debió sumarse a su madre y ocho hermanos a la labor del tambo en las 45has. que tenían en la zona de La Colonia y recuerda que los vecinos todos producían leche.
“Antes la producción no es como ahora, teníamos vacas Shorthorn y no rendían mucho como si la vaca Holando hoy, comenta.
Ramón Balle debió hacerse cargo del tambo a medida que sus hermanos iban emigrando a la ciudad y a sus 18 se responsabilizó de la producción y que continuo hasta hoy 31 de agosto de 2021, siendo el ultimo tambero con tarro de leche en el partido de 9 de Julio, contó.
Este pequeño productor o agricultor familiar que nunca paso por un banco por un crédito le dijo adiós al tambo con una sonrisa, en su haber sabe que su trabajo permitió entregar un noble alimento, que transmitió a sus hijos el esfuerzo del trabajo y el amor por la producción agropecuaria, e incluso sus nietos ya saben lo esforzado y generoso que es producir en el campo y eso también le saca otra sonrisa. Gracias Ramón.