La tarea, que será supervisada por el canciller uruguayo Francisco Bustillo y la ministra de Economía Azucena Arbeleche, pretende estar finalizada antes de fin de año para poder así iniciar la negociación con China en 2022.
El estudio de factibilidad de un TLC realiza un análisis, sector por sector, de las consecuencias favorables y negativas de una integración económica, comercial y financiera con China, de manera de buscar maximizar los beneficios obtenidos del acuerdo y mitigar los daños generados por ese proceso.
“En los próximos días se incorporarán los puntos focales de los ministerios sectoriales y serán convocados diferentes actores públicos y privados del quehacer nacional, con los cuales se mantendrá contacto a los efectos de conocer sus intereses, expectativas, debilidades y fortalezas”, señaló un comunicado del gobierno uruguayo.
Un TLC se considera exitoso cuando la creación de riqueza generada por la integración con una nación complementaria más que compensa la destrucción promovida por los bienes y servicios que dejarán de producirse localmente para comenzar a ser importados.
El equipo de trabajo será coordinado por el embajador Fernando López Fabregat, mientras que el economista Juan Labraga actuará como coordinador alterno.
Para poder iniciar la negociación, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou decidió salirse de facto del Mercosur, lo que fue respalado por Brasil, pero no por la Argentina y Paraguay.