Frisch, presidente de la ANPL, destacó que un acuerdo con China será especialmente beneficioso dado que se avanzó de exportar el 70% de lo que se elabora con la leche al 80%.

El eventual Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Uruguay y China, para lo que trabaja el gobierno, es algo “muy deseado” por los actores de la agroindustria láctea nacional, destacó Walter Frisch, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), una de las principales gremiales del sector.

Ese acuerdo, puntualizó, de cristalizar será especialmente beneficioso considerando que recientemente se avanzó de exportar el 70% de lo que se elabora con la leche al 80%.

“Antes éramos brasildependientes, pero por suerte hubo un quebranto en eso y ahora hay al menos tres mercados principales que se reparten casi en cuotas iguales el 70% de lo que se exporta, y esos mercados son China, Brasil y Argelia, pero también está Rusia y hay otros”, analizó.

Si bien la ANPL valora ese posible acuerdo bilateral con el mercado chino, precisó que “atrás de esto hay un mensaje oculto, un enorme desafío para el cual todos debemos prepararnos cuanto antes, en la cadena y como país diría, porque los chinos nos comprarán más, pero también nos van a vender”, dijo Frisch.

Detalló que, por ejemplo, China no compra caro, paga los precios que se manejan a nivel de promedio en los negocios de Fonterra o algo menos, “pero claro, compra mucho, es un mercado gigantesco”.

También apuntó que lo positivo es que la disminución de aranceles que se acuerda en ese tipo de tratados no es algo que se logre de un día para el otro, pero sucede y eso genera un escenario de mejor competitividad para el acceso de los lácteos.

El desafío, remarcó, es que Uruguay necesita competir de mejor modo con un gigante, con Nueva Zelanda, “que es el Nº 1 y tiene condiciones de competitividad internas excelentes, ellos sus productores y su sector industrial gozan de una realidad fantástica y muy distante de la nuestra”, reflexionó.

Por lo tanto, para Frisch no alcanza con generar un acuerdo con China, “hay que ponerse a trabajar para, llegado el momento, aprovecharlo; no podemos dormirnos y reaccionar tarde, hay plazos lógicos para que lleguen los beneficios de esos acuerdos, pero solo deberíamos esperar ese tiempo y no más por quedarnos quietos ahora”.

En ese sentido, entiende que es clave trabajar en disminuir los costos tanto en los tambos como en los complejos industriales.

Además, señaló como algo “fundamental” el “sincerarse” y trabajar en un obstáculo “enorme”, aludiendo al relacionamiento laboral.

Para Frisch, una realidad es que “hay una necesidad de tecnificarse, para intensificar la producción y diversificarla”, pero a la vez aprecia que “nadie quiere complicarse la vida porque hay un tremendo mal relacionamiento con la parte sindical, dicho eso por el propio Inale (Instituto Nacional de Lechería)”.

“Para competir en serio en el mundo y sacar provecho todos de eso, debemos madurar, hay que dejar el tironeo entre nosotros, este problema está, existe, se traduce en un bajísimo nivel de inversión industrial y eso hay que desterrarlo”, concluyó.

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