El 11 de octubre es el Día del Dulce de Leche, producto del que la compañía láctea Luz Azul elabora 5.000 kilos por día. Sus ventas aumentaron un 200% durante la cuarentena estricta. “Lo que pasó con el consumo del dulce de leche durante la pandemia fue extraordinario. Fue un boom del consumo de potes familiar de 400 g y de 1 kg. En total vendimos 350.000 y 83.000 respectivamente y produjimos 300 toneladas en todo 2020”, explica Gabriela Benac directora de la firma.
La pyme argentina Luz Azul consolida su negocio en el mercado local y redobla su apuesta invirtiendo en su expansión regional y capacitación.
“Mes a mes incrementamos las ventas en el orden del 3%. Un porcentaje muy importante para nuestra industria. El mayor desafío que estamos enfrentando es conseguir mano de obra calificada para cubrir algunas posiciones. Por eso, este año, decidimos focalizarnos en la capacitación permanente de nuestros equipos”, revela Gabriela Benac, directora de Lácteos Luz Azul.
Además, la compañía amplió su línea de productos en plena pandemia. Luz Azul creó su propia línea de leche larga vida, lanzó leche chocolatada y queso cheddar. “Nuestra estrategia fue la expansión de la marca a través de casi 70 franquicias que abrimos en el país. Hicimos una gran inversión creando el Centro de Capacitación, en Ciudad de Buenos Aires, y un nuevo centro de distribución para soportar todo nuestro desarrollo, en Ezeiza, Provincia de Buenos Aires”, enumera Benac.
Con el nuevo espacio logístico, que estrenó en junio de este año, la firma láctea logra concentrar la operación logística para llegar de manera más eficiente a cada una de las ciudades del país en donde tiene un local. Es, en definitiva, otra forma de estar cerca de las franquicias. “Tener un centro de distribución propio y el ‘directo de fábrica’ siempre fue uno de nuestros puntos fuertes. Por eso, quisimos dar un paso más inaugurando este nuestro centro en Ezeiza, que permite potenciar la distribución y garantizar la llegada de nuestros productos a cada una de nuestras bocas comerciales”, cuenta Benac.
Para acompañar el boom del comercio online, afianzado durante los meses de aislamiento, Luz Azul incorporó la venta a través de Pedidos Ya y desarrolló su propia aplicación móvil. Además, lanzó un e-commerce dentro de su sitio web.
Algunos números
En la actualidad, la pyme bonaerense elabora más de 30 millones de litros de leche por año, cuenta con más de 500 colaboradores y 70 locales franquiciados. Para 2021 y 2022, planea invertir $80 millones, en tanto proyecta una facturación anual de $1.200 millones.
“Este será un año para fortalecer lo que hemos construido y poner nuevas metas hacia el futuro. Entre ellas, nuestro principal objetivo es continuar trabajando para consolidar nuestra red de franquicias, un modelo en el que somos líderes dentro de nuestra industria. En esta línea, seguiremos brindando a cada franquiciado que se transforma en empresario un respaldo constante para que puedan llevar adelante sus negocios de forma rentable”, cuenta la directora de Luz Azul.
Foco en la capacitación
“Estamos convencidos de que para continuar creciendo es fundamental formar alianzas y ayudar a otras pymes. Por eso, desde nuestro nacimiento, formamos parte de una red de pequeñas y medianas empresas nacionales. Queremos colaborar con ellas para que lleguen al consumidor final. Al mismo tiempo, vamos a concentrarnos en nuestras 70 franquicias para que se fortalezcan, crezcan y nuestra marca se afiance en cada barrio y en cada localidad del país. Con ese objetivo hemos abierto nuestro Centro de Capacitación Modelo”, señala.
Ubicado en Cabildo 1612, Ciudad de Buenos Aires, este centro cuenta con un local para que los franquiciados puedan practicar y conocer los productos. Además, el edificio incluye salas de capacitación y hasta dormies para que puedan utilizar los asistentes que llegan desde diferentes provincias del país.
La meta en los próximos años es lograr su expansión regional. En dos años Luz Azul piensa tener operaciones en Uruguay, Paraguay y Chile. Entre sus proyectos y próximo desafíos desembarcarían, en primer lugar, en Uruguay. Allí reactivarán una planta existente con la idea de desarrollar quesos “a la Argentina” y tomarlo como base para continuar su crecimiento en resto de Latinoamérica. “Queremos desarrollar, también, una cadena de franquicias en Uruguay”, adelanta la directora.