La alimentación de los animales que producen leche en Colombia se vio afectada por el paro. El efecto de los bloqueos y manifestaciones en mayo y junio pasado pasarán factura a la producción de leche por los próximos dos años.
Así lo reveló el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Javier Ardila. Para el directivo de Analac, gremio que está próximo a cumplir 65 años, el sector también tiene otro impacto importante derivado de las movilizaciones sociales y es el alto valor de los fertilizantes.
¿Cómo está el sector lechero tras el paro?
El efecto aún se siente en la producción de leche en el país, este año ha disminuido por diferentes razones, entre ellas está que por el paro en algunas zonas, los animales se quedaron sin el suministro de sales, concentrados y alimentos en general para producir leche.
Algunos de los casos puntuales se dan en la lechería especializada que está ubicada en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca, Cauca, Cundinamarca y Antioquia, pues la lactancia de las vacas se vio afectada porque la comida necesaria no llegó y el efecto no solo se dio en ese momento sino que también se va a mantener por dos años.
Las vacas tuvieron una interrupción en su alimentación y no se recuperarán en esta lactancia sino en la nueva es decir un año. Por el próximo año y el siguiente tras el paro vamos a tener una disminución entre el 3% y el 20% en las lactancias de los animales.
Además, está otro tema en contra: el efecto internacional del alto costo de las materias primas como el maíz, sorgo y la soya para la elaboración de los concentrados, también los repuestos para los equipos que se requieren en la producción de leche. En abonos ya tenemos incrementos superiores al 100% del año pasado. Por eso algunos productores han visto como salida el uso de otros concentrados más económicos o han disminuido la cantidad y esto impacta también la producción de la leche. Además el precio no reaccionó de la misma manera que las materias primas y nos vimos enfrentados a dos o tres meses de pérdidas.
¿A esto también se suma la falta de contenedores y fletes?
Así es, los precios están muy altos en el caso de los contenedores y esto está afectando la importación y exportación, y los fletes también nos están costando mucho. En el clima del trópico alto, el frío está afectando el pasto y la calidad del mismo para la alimentación de los animales.
En el caso de los precios, la industria reaccionó de manera tardía a las advertencias que hicimos desde el inicio del año sobre las pérdidas. Además algunos productores, no sabemos cuántos, decidieron arrendar las fincas para flores y para agricultura, y la leche dejó de producirse.
¿Cuál es el balance de las importaciones?
Hemos estado bien por ese lado, porque la industria no ha podido traer tanta leche como quisiera, por el mismo tema de los fletes, la tasa de cambio y también por el alto precio internacional de la leche en polvo que hoy está en 3.500 dólares la tonelada, pero ese valor no es la realidad del costo y ese valor solo es un parámetro que puede afectarlo. Este año no ha entrado tanta leche como el año pasado, por los mismos factores coyunturales.
¿Cuáles son las estimaciones del cierre y de cara al 2022?
Cumplimos un año muy importante, llegamos como Analac a los 65 años y estamos mucho mejor que hace cuatro años, hemos retomado una senda de representación de los productores de leche.
En unos quince días estaremos estrenando un nuevo presidente ejecutivo, que estará a cargo del gremio en adelante y en la representación de nuestros intereses.
Esperamos que para este fin de año podamos mejorar las cifras por la recuperación de la oferta de la leche, aunque sabemos que no será tan rápida como quisiéramos por todos los factores externos que están confluyendo y afectando el panorama.
Aunque hay unas empresas lácteas importantes que opinan que esto es un tema de coyuntura y que pasará en unos tres meses y que será como si nada hubiera sucedido, la verdad es que no podemos especular al respecto ya que esta situación no depende de nosotros como país sino que es un efecto mundial.
En el corto plazo yo pienso que no tendremos una mayor oferta de lácteos y es posible que al inicio del 2022 vuelvan a entrar las toneladas de leche en polvo por la apertura del contingente de las importaciones.
¿Cómo se dará la recuperación del sector?
Nosotros veremos una recuperación lenta, los productores están viendo sus negocios como empresas y de alguna manera hemos tenido el apoyo del Ministerio de Agricultura en la política agropecuaria del sector.
¿Cómo está Colombia en cuanto a la calidad de leche que se consume?
El país produce una leche que no tiene nada que envidiarle a la de otros países, la ventaja que tenemos es que la producción láctea se hace con base a pasturas y nuestras vacas están todo el año en pastoreo y en producción de leche en esta base, algo completamente distinto a lo que ocurre en otros países que tienen las estaciones y que son industrializados.
La leche de estos países del norte como del sur, se ven afectados y tienen que guardar sus animales por esta limitante en establos, ya sea por el invierno o el verano extremos. Ahí los colombianos tenemos una posibilidad para explorar y es hacer un análisis de estos mercados y ver la posibilidad de negocios, de ser posible hacer una especialización de nuestra leche.
Llegar a estos nuevos países se debe hacer respaldados por el Estado colombiano y también exige y requiere compromisos como territorios libres de brucelosis bovina, tuberculosis, y hacer todo el proceso que debimos haber iniciado hace unos 10 años para poder exportar y ser competitivos con nuestro producto diferenciado, que se vende muy bien.