El mayor accionista de Celulosa y el dueño de Laboratorios Richmond junto a dos empresarios de Santa Fe buscan u$s60 millones para reflotar la láctea.

A José Urtubey; Marcelo Figueiras; Jorge Estévez y Leandro Salvatierra los unió la necesidad de colaborar en el resurgir productivo de una de las empresas de mayor tradición y renombre local. Es decir, de SanCor.

Con marcas que hicieron época y, en algunos casos, acompañaron el desarrollo personal de miles de argentinos, como SanCor Bebe, o de leches, yogures, mantecas que también formaron parte del consumo diario pero que fueron repartiéndose entre grupos extranjeros que aprovecharon el desguace de la cooperativa.

A partir de esta mirada común vinculada a intentar rescatar una empresa que forma parte de la historia de la industria lechera nacional, hace ya más de seis meses que los cuatro empresarios comenzaron a delinear una estrategia para colaborar en la administración diaria y en la búsqueda de fondos frescos que permitan volver a hacer de SanCor una láctea sustentable en lo comercial y sostenible en lo financiero.

La iniciativa la tomó el principal accionista de Celulosa Argentina, quien luego convenció de sumarse a la propuesta al dueño del laboratorio Richmond y a uno de los principales ejecutivos de la láctea La Sibila. A ellos se sumó el estudio jurídico de Leandro Salvatierra.

Los cuatro forman parte de lo que Urtubey llama una “burguesía nacional” interesada en aportar ideas para no dejar morir compañías icónicas como SanCor, con fuerte peso en una de las regiones más productivas del país como la que conforman Santa Fe y Córdoba.

De las charlas surgió la posibilidad de ofrecer un plan de salvataje consistente que, en una primera etapa, pueda lograr fondos frescos que permitan mantener el capital de trabajo necesario para darle continuidad a la producción de SanCor.

Lograron convencer de su plan a funcionarios del gobierno nacional y de Santa Fe, además de a los propios integrantes de la cooperativa y del gremio, en este caso todos unidos por el espanto de sospechar que SanCor se encaminaba a su irremediable desaparición.

El esquema de financiamiento que armaron es simple: crear un fideicomiso que se nutra de aportes de inversores interesados en reflotar una láctea que tiene un peso específico fundamental en la cadena productiva provincial, a lo cual le sumarán mecanismos de financiamiento estatal para apuntalarla.

Inicialmente, el fideicomiso buscará recaudar u$s60 millones, solamente para iniciar un formato de administración diferente al actual y poder regenerar la sustentabilidad futura de SanCor a partir de agregar valor, sumar un management que reestructure la empresa totalmente y se avance en la conformación de una sociedad anónima.

Convivencia entre el fideicomiso y la cooperativa
“Logramos convencer a todos los actores involucrados sobre la necesidad de recomponer una empresa ícono para la producción láctea argentina y con fuerte raigambre entre los consumidores”, sostuvo José Urtubey, en diálogo con iProfesional.

Explicó también que el fideicomiso estará respaldado por una serie de activos que formarán el patrimonio de esa figura jurídica que a la vez será administrada por un directorio independiente de la cooperativa que serán designados por el grupo empresario con el objeto de facilitar el desarrollo de la actividad industrial y comercial de SanCor.

“La idea es generar un negocio empresarial sustentable que arroje los beneficios necesarios para atender las obligaciones laborales del personal que continúe bajo relación dependencia directa de SanCor y de las obligaciones que permitan la continuidad del giro de la cooperativa dentro de la nueva conformación del negocio junto al fideicomiso”, aclaró.

El formato elegido permitirá la convivencia entre el fideicomiso y la cooperativa, pero la mayoría de los activos importantes que todavía le quedan a la láctea pasarán a ser gerenciados por el grupo empresario de manera separada hasta que, en el mediano plazo, toda la compañía pase a manos de una misma administración.

Para Marcelo Figueiras, su participación en este esquema financiero armado para reflotar SanCor tiene componentes sentimentales y también comerciales.

“Me sumé porque por un lado, mis hijas se criaron con SanCor Bebe y por otro porque es posible agregar valor desde la ciencia, la farmacología a las marcas de la láctea hasta para poder exportar y salir del commoditie”, le aseguró el dueño de Richmond a iProfesional.

“Es gratificante poder reflotar una empresa nacional que pueda mantener sus fuentes de trabajo, que reactive su producción, que reavive sus marcas”, destacó el dueño del laboratorio que en la Argentina produce la vacuna rusa contra el Covid-19.

Si bien reconoce que el liderazgo lo asumió Urtubey, se muestra activo en la búsqueda de fondos para sumar al fideicomiso con la intención de colaborar en la administración de la compañía.

“Quiero ayudar a rescatar un icono nacional como es SanCor, empresa que forma parte de la historia de la industria lechera nacional, con el foco puesto en la agregación de valor desde la ciencia y la exportación de ese valor agregado”, remarcó.

Al igual que el dueño de Celulosa Argentina, aclaró que el financiamiento que se logre será exclusivamente para el fideicomiso y con el fin de generar valor para la sustentabilidad de la empresa y sus fuentes de trabajo. “Haremos lo posible para colaborar en que esto sea factible a pesar de los múltiples factores que hoy condicionan al sector”, agregó.

Para Figueiras también es importante recomponer la salud de SanCor con el objetivo de generar sinergias con su core business. Es decir, con el negocio farmacéutico partir de recuperar nichos que la láctea fue perdiendo como el de leches maternizadas que fue perdiendo y que hoy se trata de un mercado que tiene como líderes a Bagó y Nestlé, por ejemplo.

No sería impensado considerar que a partir del know how de Laboratorios Richmond la láctea comenzara a producir nuevamente leches fortificadas para recién nacidos y otros productos relacionados al pharma.

De hecho, la tradicional SanCor Bebé pasó por varias manos hasta ser controlada por otro laboratorio competidor de Richmond como es Roemmers que concretó la compra de la marca a Reckitt Benckiser Group plc y a la propia SanCor. En realidad, se quedó con el 100% de las acciones de Mead Johnson Nutrition Argentina por u$s30 millones para sumar también Sancor Bebé Premium y las licencias de las marcas Enfa Bebé, Nutramigen y Enfamil en la Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Operativo desguace

La operación forma parte del proceso de desguace que viene sufriendo SanCor desde hace, por lo menos, seis años y que la fue dejando sin sus mejores activos y plantas productivas.

La intención de los dueños de la cooperativa pasaba por reestructurar su abultado pasivo financiero cercano a los $10.000 millones para salir a flote tras años de retroceso.

La empresa también tiene deudas por $6.000 millones con la AFIP y otros entes oficiales, además de compromisos con proveedores que fue tratando de ordenar a partir de un Acuerdo Preventivo Extra judicial (APE) que rubricó también con ex empleados y el gremio.

Si bien llegó a tener 17 plantas procesadoras y más de 5.000 empleados, con el correr de los años fue achicando su estructura. Otro ejemplo fue la venta de sus fábricas de Chivilcoy (Buenos Aires) y Morteros (Córdoba) y las marcas Las Tres Niñas y Angelita al grupo agroindustrial Adecoagro que la cooperativa con sede en Sunchales cerró por u$s45 millones.

La transacción formó parte del llamado Plan SanCor ideado por el board de la cooperativa para reducir su estructura tanto en plantas, como en marcas y empleados.

Ese plan también incluyó la venta del 50% de las acciones de Arla Foods al mismo grupo sueco-danés por u$s35 millones. Una sociedad dedicada a la industrialización y comercialización de proteínas de suero de queso.

SanCor también se desprendió del 10% del negocio de frescos restante a Alimentos Refrigerados S.A. que en el 2016 había sido comprada por Vicentín por u$s100 millones y que se dedica al rubro de yogures y postrecitos.

Algo similar ocurrió con la marca de queso untable Tholem que por u$s6 millones, SanCor vendió a la compañía de origen francés, Savencia Fromage & Dairy Argentina, que en la Argentina ya es dueña de Milkaut, Santa Rosa, Adler y Bavaria.

Tiempo después continuó el desguace de la firma con la cesión de su planta ubicada en la localidad de Centeno que pasó a manos de la firma La Tarantella. En tanto, otra localizada en Brinkmann fue vendida a Alaisa y la de Charlone pasó a manos de San Gotardo, mientras que la de Coronel Moldes fue cedida a la Cooperativa de tamberos de Huanchilla.

Ahora se espera que el grupo empresario que tomará el control de la empresa inyecte no sólo dinero sino también una nueva dinámica productiva y de negocios para recuperar la salud económica y comercial d la láctea.

También se espera que el Gobierno, a partir de gestiones que lleva a cabo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aporte fondos para el mismo objetivo.

De hecho, tras el acuerdo sellado este lunes 8 de noviembre, fuentes oficiales admitieron estar dispuestos a otorgar y poner a disposición “todas las herramientas de financiamiento” que tengan a su alcance para logra la reactivación sustentable de la empresa.

“Vamos a apoyar ese plan de negocios ambicioso para recuperar el liderazgo que tuvo esta cooperativa”, sentenció el Ministro de Producción durante el encuentro.

De hecho, el memorándum de entendimiento firmado establece que se deberán destinar partidas específicas implementadas por el Estado Nacional para la adquisición de materia prima y los respectivos insumos para su elaboración y transformación industrial, con el objeto de lograr un equilibrio operativo que permita una transición hasta el arribo de las líneas de crédito que por intermedio del Ministerio de Desarrollo Productivo y los bancos de la Nación y/o BICE permitan que el grupo empresario inicie su actividad.

Del mismo modo se usarán los fondos producidos por la venta de los activos accionarios que SanCor posee de otra u otras empresas, todo lo cual deberá encaminarse a colocar a la empresa en un nivel de equilibrio operativo. Es decir, que pueda producir un millón de litros diarios promedio, nivel que deberá alcanzarse en el menor plazo posible.

Del mismo modo, la propuesta logró consenso en el gremio de ATILRA, cuyos dirigentes brindaron respaldo y confianza a los empresarios que tratarán de terminar con las históricas dificultades que atraviesa SanCor para que pueda volver a liderar el mercado lácteo nacional, manteniendo la mayor cantidad de puestos de trabajo posibles.

El sindicato tendrá participación en el fideicomiso a modo de contralor del destino de los fondos provenientes de las herramientas financieras provistas por el Estado Nacional para que no sufran desvíos de los objetivos trazados.

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