La industria láctea liderada por Lactalis se resiste al incremento necesario de los precios a los ganaderos.

Organizaciones agrarias, distribución e industria, tras las últimas movilizaciones de protesta, no llegaron a ningún compromiso en la Mesa de la Leche convocada por el Ministerio de Agricultura para dar una salida a la crisis que sufre el sector a consecuencia de un incremento de los costes de producción, especialmente de los piensos y energía y que suponen unos cuatro céntimos por litro.

Las conversaciones proseguirán en las próximas semanas de cara a lograr compromisos que supongan una política de sostenibilidad para la producción. Desde la Administración se hizo un llamamiento a las industrias para cumplir la normativa vigente por la que es obligatorio pagar como mínimo los costes de producción. La Agencia para la Información y el Control de la Cadena Alimentaria (AICA) vigilará más la política de los contratos para que los precios cubran los costes de producción.

Entre 2012 y 2015, se llegó a diferentes pactos no escritos entre productores, industria y distribución para que los precios de venta al consumidor no bajaran de lo que se calificaba de un precio sostenible para el ganadero, y que se estimaba en unos 0,60 euros por litro al consumo. Ello se tradujo en eliminar de forma progresiva la mayor parte de venta de leche por debajo de 0,55 euros en los lineales, pero no en incrementos de los precios en origen.

En principio, las industrias más significativas por el volumen de compras se resisten a las subidas necesarias de precios para cubrir los costes en el campo y se limitan a incrementos de uno o dos céntimos. Desde la distribución no hay rechazo a que los incrementos puedan llegar a los cuatro céntimos, pero reclamando que la mayor parte de los mismos sean trasladados a los ganaderos.

Según los datos manejados por el Observatorio de Agricultura, los precios de coste medios en el sector antes de las últimas subidas de materias primas y de otras partidas como la luz, se situaban en 35,6 euros/litro con grandes oscilaciones según tipo de explotaciones desde los 0,40 euros a menos de 0,30 euros. Frente a estas cifras, los precios medios oficiales se encuentran congelados en los últimos años entre los 0,32 y los 0,34 euros, con cifras de hasta 0,30 euros en zonas de mayores producciones.

Desde el sector productor, las principales críticas se centran contra la multinacional francesa Lactalis que adquirió en la pasada década la empresa Puleva bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, frente a la oferta de compra de la empresa granadina por una sociedad entre Pascual y Central. Hoy Lactalis tiene una cuota de compras de leche cercana al 30% con marcas como Puleva, Lauki, President o RAM y quesos como Flor de Esgueva o Gran Capitán, lo que marca los precios en origen. Se critica a la firma francesa de practicar en España una política de precios bajos que no sigue en su país de origen.

Críticas de los productores

Román Santalla, responsable del sector en Unión de Pequeños Agricultores (UPA), considera impresentable que el grupo francés plantee contratos hasta 2023 con una subida de solo un céntimo. En la misma línea, critica la posición de Central Lechera Asturiana por los bajos precios pagados en las compras a los ganaderos no socios de la cooperativa. En todo caso, señala que el problema se solucionaría si la Administración hace cumplir de oficio la Ley de la Cadena donde se obliga a pagar los precios de coste e invalidando los contratos que no cumplan esa condición.

El dirigente de UPA cree que habrá una subida de varios céntimos por parte de la distribución, pero que lo importante es que llegue a los ganaderos y no se quede en la industria. Rosario Arredondo, responsable del sector en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Cantabria, estima que las subidas recientes de piensos y otros medios de producción le suponen un incremento de costes de 2.800 euros mensuales en su explotación de 80 cabezas. Coincide en las críticas fundamentalmente contra Lactalis y Central Lechera así como por la política seguida por algunas cooperativas que discriminan en los precios a los ganaderos por el volumen de leche entregado que entiende va contra el espíritu cooperativo. Arredondo estima que una subida de cuatro céntimos salvaría las explotaciones y no supondría un problema al consumidor que está pagando precios más elevados en muchos casos por un agua envasada, olvidando el trabajo que hay detrás de un brik de leche. “Si esto no cambia, las pequeñas y medianas explotaciones vamos a cerrar, no hay relevo en una España ya despoblada sostenida por la ganadería”

En los últimos años, la reducción anual de explotaciones se sitúa en unas 750, hasta menos de 12.000, si bien crece ligeramente la producción hasta 7,5 millones de toneladas por la puesta en marcha de grandes explotaciones en las que la Administración pretende limitar el número a 850 animales, mientras cierran las medianas ligadas al territorio.

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