«Me levanto para trabajar y perder dinero: 168 euros al día y 5.040 euros al mes». Esa es la realidad, a día de hoy, del sector del vacuno de leche, al límite tal y como reflejan las declaraciones a Ical de la ganadera abulense Adoración Martín, y como sustentan los datos: en el último año, una media de seis granjas del sector han echado el cierre en Castilla y León.
Según revela el informe mensual sobre declaraciones de entregas de leche cruda, realizado por la Subdirección General de Producciones Ganaderas y Cinegéticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, desde octubre de 2020 a octubre de 2021 se ha reducido el número de ganaderos con entregas de leche al primer comprador un 7,6 por ciento, al pasar de los 948 existentes en el décimo mes del año pasado a los 876 que refleja el informe de octubre del Ministerio.
Todo ello como consecuencia de una política de precios por la que los 35 céntimos que abona la industria de media por cada litro de leche en Castilla y León, según los datos de octubre del mencionado informe gubernamental, o los 34 que Adoración Martín asegura que recibe, en su caso, por cada litro, no llegan para equilibrar los 40 céntimos que cuesta producirlo.
Por eso, tras 38 años de funcionamiento de la explotación, y a pesar de haber superado otras crisis en un sector donde el problema «no es coyuntural, sino estructural, y viene desde 2010, desde antes de la desaparición de las cuotas», Martín se plantea dejar el sector aprovechando la jubilación de su marido antes del próximo verano, si bien ella podría seguir legalmente varios años más. Porque con la situación actual, «fuera vacas y se acabó».
Progresivo abandono
Esta situación tiene su correspondencia a nivel nacional, donde también se pasó de los 12.278 ganaderos de vacuno de leche existentes en octubre de 2020 a los 11.493 registrados en el décimo mes del presente año, un 6,39 por ciento menos que manifiesta la crisis por la que está atravesando el sector, tal y como vienen denunciando las organizaciones profesionales agrarias.
Un progresivo abandono en el que «pesa un poco todo», como reflexiona Adoración Martín, responsable del sector lácteo de UCCL, que no obstante tiene claro que el principal problema es «la guerra entre las grandes superficies, que utilizan la leche como reclamo para captar clientes con ventas a pérdidas». Eso comprime a la industria, que «como no quiere perder su beneficio, traslada la presión al eslabón más débil, el sector productor, que somos los que pagamos los platos rotos por ser los más indefensos» dado que la Ley de la Cadena Alimentaria «no funciona porque el ministro no hace un obligado cumplimiento de la Ley».
Ahora, además, a todas esas «presiones», como las define Adoración Martín, se une el aumento de los costes de la electricidad, el gasóleo y los cereales y las materias primas para la composición de piensos, que «volverán a subir a principios de año». Un crecimiento en los costes que la ganadera abulense cifra en el 25 por ciento en el último año y que, al no poder repercutirlo en el precio de la leche, supone «el ahogamiento y el progresivo desmantelamiento del sector».
Casi dos de cada cinco abandonaron desde el fin de las cuotas
Sin embargo, no se trata de una crisis reciente o que pudiera estar provocada por las consecuencias de la pandemia de COVID-19. Tal y como revela el informe mensual sobre declaraciones de entregas de leche cruda, el número de ganaderos del sector en Castilla y León se ha reducido un 20,2 por ciento en los últimos tres años, al pasar de los 1.098 existentes en octubre de 2018 a los 876 actuales.
Esto significa que uno de cada cinco ganaderos del sector del vacuno lácteo en la Comunidad tiró la toalla por la falta de rentabilidad de las explotaciones, cifras que aumentan en la comparativa con 2016 (30,8 por ciento menos) o con 2015 (36,8 por ciento menos), primer año sin el sistema de cuotas lácteas que rigió al sector en la Unión Europea y que, desde abril de aquel 2015, liberalizaba la producción de la leche de vaca.
Un descenso de 38,5%
En aquel momento, la Comunidad contaba con 1.425 explotaciones de vacuno de leche, 549 más que las actuales. Es decir, desde el fin de las cuotas, la caída de profesionales ha sido del 38,5 por ciento. Castilla y León, en ese sentido, vivió la misma realidad que el sector en el conjunto de España, donde las explotaciones se redujeron casi un tercio al pasar de las 17.000 existentes en abril de 2015 a las 11.493 que continuaban en marcha en el país a 1 de noviembre de 2021.
Un número reducido de explotaciones que, no obstante, continúan produciendo en Castilla y León la misma o más cantidad de leche que en años precedentes. Así, en octubre de 2021 se entregaron 76.813 toneladas, un 2,5 por ciento más que en el mismo mes del año anterior (74.915 toneladas) y tan solo un 0,6 por ciento menos que en octubre de 2019 (77.334,4 toneladas), pero en todo caso más que en 2018 (74.037,8), 2017 (74.078,4) y 2016 (70.309,1).
Pero la rentabilidad, como denuncian las organizaciones profesionales agrarias, continúa siendo inexistente, dado que la evolución ligeramente creciente del importe medio por litro en los últimos años, pasando de los 31 céntimos de 2015 a los 33 de 2018 o a los 35 actuales, no llega todavía al valor medio de los meses previos al fin de las cuotas, establecido en 36 céntimos en 2014, ni al pico máximo de diciembre de 2013, que rozó los 40 céntimos. Tampoco alcanza el valor actual para asumir unos costes de producción en continuo aumento, que los representantes del sector cifran en 40 céntimos por litro por las subidas de la luz, el gasóleo o el pienso para alimentar a las vacas.
Elegir qué facturas pagar
«El encaje de bolillos es imposible porque no encajan», comenta resignada Adoración Martín, revelando que para poder llegar a fin de mes «hay que elegir qué facturas se pagan ese mes y qué facturas se pagan el siguiente», con el horizonte «imposible de intentar tener un sueldo digno para mantener a una familia».
«De aquí a febrero, si no hay una voluntad política de arreglar esto, se va a perder un tejido productivo muy importante en el medio rural, que es el que fija población y crea puestos de trabajo, y además permite la soberanía alimentaria, que vamos a perder», reflexiona la ganadera abulense, denunciando que las opas, en su última reunión con el ministro, «dejaron escapar una oportunidad de oro para poner los puntos sobre las íes» tanto a Luis Planas como a la industria y la distribución.
Ayudas «insuficientes»
En cuanto a las ayudas aprobadas recientemente por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta, la ganadera abulense afirma que son «totalmente insuficientes» aunque afirma que no las van a tirar por tierra porque «son mejor que nada». «Pero el sector no reclama ayudas ni limosnas, sino un precio justo a nuestro producto, que cubra el coste de producir ese litro de leche», sentencia.
Por ello, Adoración Martín concluye que «la clave de todo pasa por la vía precio, porque las ayudas, vengan de donde vengan, van a ser siempre insuficientes», y pide «un ministro como el de Francia, que ha puesto medidas sobre la mesa para que la multinacional francesa Lactalis pague a los ganaderos 38 céntimos, cuando en España paga 32, o como el de Italia, que se ha reunido con los agentes del sector hace 15 días para llegar a un acuerdo que suba el precio del litro de leche en cuatro céntimos como situación de emergencia».
«El análisis del sector lleva hecho desde hace meses, pero ahora falta pasar a los hechos, para amortiguar la ruina y la asfixia de los ganaderos del vacuno de leche, porque sino, las movilizaciones van a ser cada día más fuertes. Cuando una persona está arruinada, no tiene nada que perder», concluye la ganadera abulense.