Mientras los ganaderos están en pie de guerra contra las dos mayores industrias que operan en Galicia, Lactalis y Capsa, por no repercutir en el pago a las granjas el incremento de costes, una industria de menor tamaño, Tegestacín, ha anunciado a la plantilla que bajará la persiana en Outeiro de Rei (Lugo). La empresa ocupa la planta de Leche Pascual en la localidad lucense, el escenario donde quebró la popular Alimentos Lácteos, una unión de cooperativas impulsada por Alberto Núñez Feijóo desde la Xunta con millonarias ayudas y con afines al PP.
El proyecto fallido, que enterró más de 6 millones de las arcas públicas y que tenía en el horizonte el objetivo de germinar un gran grupo lácteo gallego, dio paso a Logística Alimentaria, el nuevo inquilino de la planta de Pascual y el grupo al que pertenece la sociedad Tegestacín.
Es esta última, una proveedora de servicios a la industria láctea, la que ha trasladado a la plantilla que dará carpetazo al proyecto “en un corto espacio de tiempo”. Según explicó la CIG, todavía no existe un anuncio formal por parte de la dirección de la compañía sobre cuándo pretende llevar a cabo el cierre, que conllevaría la extinción de los 70 empleos de la fábrica.
Una trayectoria en el alambre
El sindicato califica de «altamente preocupante» la intención de la empresa ya que, además de los puestos de trabajo directos, supondría «un gran impacto» en la economía de los ayuntamientos limítrofes. Además, recela de los motivos que puedan existir detrás de la intención de la compañía que, recuerdan, ya planeó cerrar la planta en otras ocasiones.
La falta de liquidez, el incremento de costes de la energía y los combustibles, así como la finalización de algunos contratos estarían detrás de la decisión de la empresa.