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26 Nov 2024
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Segunda parte de la entrevista a Rodolfo Galloni, políticas sectoriales, relaciones entre los actores y el futuro del mercado:

(Ver primera parte aquí.)

D: Pareciera que cada vez que se arma una mesa de negociación todos se sientan con la idea de ver quién se puede llevar algo para su lugar en vez de ver quién va a aportar algo. Porque vemos las negociaciones y no hay resultados donde salgan todos conformes. Lo vimos en las últimas reuniones paritarias, lo vemos en situaciones de conflicto permanente en las negociaciones de la lechería.

R: Me encanta esto que decís y creo que nosotros somos como el cuento del escorpión, es nuestra naturaleza. Escuchando el otro día el discurso de Esteban Bullrich… Nosotros tenemos claramente gritas, diferencias e intereses personales que están sobre el bienestar integral. Lamentablemente por eso estamos padeciendo las consecuencias que vivimos. La lechería no es un satélite, el país funciona así. Los intereses personales están por encima de aquellas cuestiones que tienen que ver con el bien común de las personas y en eso me parece que no tenemos madurez. Los egoísmos, el deseo de quedarnos como dijiste vos, con la mayor parte de la torta, es parte del ADN del argentino.

A pesar de que yo apuesto permanentemente a una mesa de trabajo que una todas las patas me cuesta verlo, nos ha costado muchísimo. Llevo 35 años, me estoy retirando de la lechería y no pude verlo armonizado nunca, siempre hubo diferencias, intereses, cosas que han jugado de una manera u otra para hacer que nunca podamos tener una política integral.

D: Si, lamentablemente es así. Yo también lo pensaba después de haber escuchado a Bullrich y por eso pensaba que puedo llevar yo a la mesa en lugar de que me puedo llevar. Me pareció lo más lúcido que escuché en el último tiempo.

R: Damián, yo soy una persona que está convencido de que esto arranca desde los valores, cuando pienso en el país o en una gran industria y cuando pienso en reformar la lechería va acompañado de la reformulación del país que arranca en los valores.  Si no rompemos con el egoísmo, la intransigencia, aquello de sentirme ganador por sobre el otro, de sacar ventaja que es parte de una cultura que tenemos nosotros; en el mundo nos ven como chicaneros, ventajeros a los argentinos. Me parece que nos va a seguir yendo mal pero tenemos siempre la posibilidad de dar vuelta la página. Tengo expectativas de que en algún momento alguien asuma un rol distinto al actual. Ahí si no hay una mesa más conciliatoria o lo que han sido políticas de Estado en Chile, España donde vos concertás cuatro, cinco, seis, diez temas que no se cambien independientemente del gobierno de turno que venga me parece a mí que vamos a seguir fracasando.

Nosotros cuando mirados a partir de los últimos cuarenta o cincuenta años de la Argentina, nos ha costado construir un país equilibrado. Y también quiero decir que vivir con este nivel de pobreza es imposible.

D: Analizando esta situación por ahí miro y digo que dadas las condiciones sociopolíticas del país es muy probable que un giro de 180° no suceda, pero sí es probable que ocurra un corte. Por ahí esto para la lechería le puede servir. Que a partir de algún momento en el plano laboral, lo que tiene que ver con las relaciones laborales, con las leyes laborales. Que los que ya están adentro sigan con los beneficios pero los que se incorporan tendrán que entrar en otro tipo de convenios laborales, otro tipo de pautas laborales porque son muy difíciles las relaciones laborales con las leyes que tiene Argentina.

R: Honestamente pienso que seguramente eso puede llegar a ocurrir. De todas maneras vuelvo sobre el punto, el costo laboral está detrás de esto. El otro día me preguntaban como estábamos con el sindicato… Con el sindicato estamos perfectos, no tenemos ningún tipo de problema. Pero acá estamos hablando de cuando nos vamos a sentar sobre una mesa para generar una palabra, para generar confianza para armar algo distinto. Y por ahora venimos siempre persistiendo en el mismo error en todos los ámbitos. En el ámbito económico, de la industria, de la producción, del sindical. Si persistimos en las mismas batallas, aparece por momentos un ganador y por momentos otro, pero la lechería pierde. En el fondo no hay una política consensuada. Es difícil y es un camino doloroso. Pero hay que generar confianza, el tema es que sino generamos confianza y estamos pensando que solamente uno va a pagar el costo del dolor entonces estamos mal. Hay que sentarse a la mesa a ver que ponemos en lugar de que nos llevamos como dijiste vos y dijo Esteban Bullrich.

D: Cambiando un poquito de tema, yendo a lo que respecta al negocio de la lechería y los fantasmas que la acosan. Hay dos ejes centrales que me gustaría discutir, por un lado: ¿cuán importante es o se está sobredimensionando el surgimiento de las alternativas vegetales para la leche? ¿Es un negocio que va a quedar marginal o que realmente puede afectar al consumo de leche en los próximos años y hacer que las industrias replanteen su participación? Sabemos que muchas industrias están buscando las alternativas vegetales. ¿Cómo lo ves vos?

R: No soy un especialista del tema pero nosotros estamos transitando con la tecnología un momento de exponencialidad, es decir, se van generando avances que parecen lentos hasta que comienzan con un crecimiento exponencial y se aceleran. Yo creo que con los productos alternativos que pueden ser las leches vegetales, estamos en ese proceso y en el futuro pueden tener un crecimiento importante.

Particularmente cuando mirás algunas estadísticas te das cuenta que en algunas partes del mundo va creciendo más aceleradamente que en otras. Pero yo no descarto que crezca porque tiene que ver con nuevos hábitos de consumo, con nuevas generaciones preocupadas por el medio ambiente, que miran la alimentación y que van a pelear contra un montón de cosas. Entonces ya no se trata de un cambio del momento sino que muy posiblemente lo sigan impulsando otras generaciones.

D: Si buscamos dentro de la lechería una alternativa para pelear con esto no, ya dentro de los productos lácteos. Aprovechar por ejemplo el suero para hacer bebidas como se viene utilizando ¿no sería la alternativa para competir dentro de lo que sería el sector lechero?

R: Muy posiblemente. No soy especialista pero vuelvo a que nos está faltando innovación, un recorrido importante. Va a haber nuevas alternativas. El que crea que se va a sostener en el tiempo con lo que hay, ese tiempo puede llegar a ser más corto de lo que se imagina. Me parece a mí que vamos a entrar en una etapa donde hay que tener productos alternativos, que nos tienen que llevar a análisis profundos.

Cuando una industria no tiene rentabilidad y lucha básicamente por su subsistencia, a veces no tiene la cabeza libre para pensar y crear. Me parece que quizás la lechería transite por esos momentos. Por eso digo que uno tiene que empezar a solucionar problemas estructurales para pensar en cómo vamos a abordar este tipo de problemas que ya están en el mundo. Y si uno mira las estadísticas se va a dar cuenta que son alternativas que vienen creciendo.

D: Con mayor o menos éxito la leche orgánica y la leche A2 están siendo alternativas en el mundo, especialmente la A2 que está encontrando un nicho muy importante en Asia. Acá en la Argentina se está empezando a desarrollar este negocio. ¿Tiene futuro la Argentina en alguno de estos dos ámbitos?

R: Allá por el 2017 estuve en Europa visitando plantas y todo el mundo de explicaba las distintas variedades de leche, lo que producía cada pastura, qué era orgánico y tenían precios y destinos distintos. En Argentina mientras nosotros estemos pagando por litro de leche y no tengamos un incentivo, va a ser muy difícil generar algo distinto. Y la verdad, y acá me voy a meter en un tema recontra escabroso, tiene que ver con la marginalidad. Vuelvo a la mesa de consenso, tenemos que cambiar en la cadena con consenso y confianza algunos temas que si no los resolvemos van a ser nuestro propio impedimento. Si nosotros seguimos con este nivel de marginalidad de alrededor del 30%, 35% y seguimos pagando la leche por litro y cualquiera va a cobrar exactamente lo mismo sin poder valorar la calidad, el contenido; es muy difícil pensar que este tipo de desarrollo que se está dando en el mundo lo podamos tener nosotros. Acá la expectativa está en que tenemos un potencial impresionante y lo que desanima es que llevamos décadas desaprovechándolo.

D: Con los empresarios que se animan a hablar y dar entrevistas todos dicen estar a favor del pago por calidad. Los tamberos lo vienen pidiendo a gritos… Quizás te comprometo con esta pregunta pero ¿por qué no se hace?

R: La industria en general cada vez que se planteó el tema de la calidad de la leche sabe que mientras haya este nivel de marginalidad es muy difícil poder generar un cambio en ese sentido. Yo creo que el tema de la marginalidad, aunque pueda parecer un gran negocio para muchos, es un gran cáncer para la industria y para la producción.

D: Vos seguramente lo conocés porque estás mucho más en contacto que yo pero he hablado con funcionarios nacionales: hoy con la tecnología que tenemos, detectar la marginalidad en el negocio lechero es muy simple. Falta la decisión política de trabajar porque no estamos en 1980 donde no podríamos saber cuántos litros daba una vaca hoy podemos saber todo. Entonces, esos desvíos se producen porque alguien lo deja ser no porque no se sepa que eso sucede.

R: Yo te voy a atar el hilo con el punto que arrancamos esta conversación… Vos me preguntaste “¿por qué está endeudada la lechería?” yo te dije “por falta de rentabilidad”. Cuando vos tenés falta de rentabilidad, muchas usan como atajo la informalidad para sobrevivir.  Y eso el que conoce la cadena, de alguna manera lo sabe.

Vos imagínate aquellos pequeños pueblos que tienen una empresita láctea, que labura en la marginalidad… ¿Cómo haces vos para llegar un día si no tenés una política clara, si no podés revertir el estado de situación para querer cambiar esa historia y dejar a una población con una baja? El tema es estructural. Esto Damián me parece importante entenderlo, si nosotros queremos abordar los puntos individualmente y no integralmente, no vamos a lograr avances. Si atacamos el problema de la marginalidad sin tocar otros que son importantes vamos a fracasar. Me parece que tiene que haber una política integral, quizás sea un soñador en esto pero es la única solución que veo: integrar el Estado, la industria, la producción y el gremio. Crear una industria que empiece a crecer, no nos olvidemos que la industria crece con leche para exportar porque el mercado interno está totalmente abastecido. Y para exportar tenemos que competir con el mundo y para competir con el mundo, tenemos que estar a la altura. Yo creo que esta falta de cerrar el círculo es el huevo y la gallina. Pero me parece que hay que integrar todos los temas en una mesa y reitero lo que dije hoy, para ver que ponemos y no qué sacamos.

D: ¿Te vas contento de la lechería?

R: ¡Si! Primero porque trabajé en una empresa espectacular, soy un agradecido a toda la familia de accionistas de la empresa que un día me dijeron “che, vení a trabajar con nosotros” y me dieron la oportunidad de crecer desde abajo. Yo arranqué como gerente de una sucursal de venta en Concordia que era la más chiquita que tenía la empresa pero después se conjugó una muy buena calidad humana y de valores y a mí que me encanta hacer lo que hago. Yo soy un apasionado, seguramente lo que desarrollaré una vez que deje la industria, lo voy a hacer con la misma pasión. La única diferencia es que voy a intentar mejorar mi calidad de vida tratando de no tener la intensidad que he tenido estos últimos años.  Haber estado 15 años como Gerente general en todos los temas que desarrollamos hoy te genera una dinámica más que importante.
Para cerrar, simplemente decir que yo no voy a inventar nada pero la lechería es vibrante, apasionante y yo lo viví siempre con mucha intensidad. Desde mi parte me seguiré informando en forma contaste porque tengo muchos amigos en la lechería. Estuve más de la mitad de mi vida en la lechería, 35 años de 65 años.

 

Transcripción: Cecilia Saleh

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