El 2020 cerró como un buen año para la lechería mundial, y pese a las complicaciones generadas por la pandemia, la producción marcó un récord histórico al superar las 900 millones de toneladas, lo que significa una suba interanual en torno al 3%.
El volumen alcanzando fue de 910 millones de toneladas, y según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), “el crecimiento se debe principalmente a la tendencia dinámica de la producción de leche de vaca y de búfala en la India“.
Si bien la leche de vaca representa más del 80% de la producción mundial total de leche (735 millones de toneladas en 2020), la tasa de crecimiento de la leche de búfala es del doble.
Las entregas mundiales de leche de vaca aumentaron considerablemente en 2020, con un alza promedio del 2,5%, después de un ritmo bastante más lento en 2019. El OCLA destaca además que todos los países, con excepción de Ucrania y los países del África subsahariana, mostraron un aumento en las entregas de leche.
Como se puede observar en el siguiente gráfico, uno de los principales problemas que atraviesa la lechería a nivel mundial es que si bien la producción aumenta, y en algunos casos también el rodeo, la cantidad de productores (tamberos) que trabajan va disminuyendo año tras año.
Por último, cabe mencionar que durante 2020 nuestro país ocupó el puesto once dentro del ránking de los principales productores de leche a nivel mundial, aumentando su producción un 7,5% respecto de 2019.