El aumento de costes de producción que se experimentó en el campo en el último año, finalmente se está trasladando en cadena a los precios de la leche. En los supermercados, las marcas blancas ya habían repuntado a finales del verano pasado alrededor de 5 céntimos y ahora se calcula que están cerrando otra subida semejante, para un total de unos 10 céntimos. Si hace un año, la práctica totalidad de las marcas blancas de leche líquida se situaba en el arco de los 55-60 céntimos, ahora es difícil encontrar leche a menos de 65-67 céntimos.
Esa subida le da más margen a las industrias en la renovación de los contratos con las granjas, que se están afrontando en estas semanas. Los primeros contratos en trascender apuntaban a que parte de las industrias se iban a situar en unos precios en el campo que rondarían los 37 – 38 céntimos, caso de Pascual o de Entrepinares, en tanto otras se quedaban unos céntimos por abajo.
El escenario, sin embargo, está cambiando, y comienzan a trascender casos de nuevas empresas que están trasladándole contratos puntuales a granjas en el arco de los 37-38 céntimos. El giro se explica por dos factores principales. En primer lugar, por la alta competencia entre las industrias por asegurarse el aprovisionamiento en el campo. Y en segundo lugar, por el buen momento de mercado que viven los lácteos.
Precios en el supemercado y mercado industrial
La remontada del precio de las marcas blancas en el supermercado le da más margen a las industrias. A eso se suman las cotizaciones históricas que están alcanzando los productos lácteos industriales (leche en polvo, mantequilla, quesos), que atraviesan el mejor momento de los últimos 15 años.
Con esta situación, las ganaderías están ante semanas decisivas para cerrar los nuevos contratos de la leche, en los que esperan consolidar subidas de precio de alrededor de 4 céntimos que les permitan enfrentar las subidas de los costos de producción.
Costes de producción
Los principales encarecimientos de costes se sitúan en los piensos y en los fertilizantes, que en ninguno de los dos casos tienen perspectivas de abaratamiento inmediatas, por lo que hay temor en el campo a su evolución. Desde las organizaciones agrarias y cooperativas vienen reclamando desde hace meses que los contratos de la leche se referencien en parte a los costes de producción en el campo, tal y como hace uno de los índices de la Interprofesional Láctea, que aplica Entrepinares, pero son escasas las industrias que optaron por este modelo.
Otras industrias se decantaron por seguir referenciando parte del precio de sus contratos sólo al mercado de productos lácteos industriales, como hace Larsa, lo que genera incertidumbre de cara al futuro, pues una caída en los próximos meses del precio de la mantequilla y de la leche en polvo dejaría a las granjas contra las cuerdas.
Así las cosas, el campo espera que en las próximas semanas se cierren al alza las actuales propuestas de renovación de contratos de las industrias. En las organizaciones agrarias y cooperativas, que desde antes del verano pasado presionaban para una subida en cadena de la leche que llegara al supermercado, ven con cierto optimismo el futuro, después de consolidar en los supermercados una subida de las marcas blancas de alrededor de 10 céntimos.
Situación legislativa
La reciente modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria, impulsada por el Ministerio de Agricultura, es otro factor que sumó en el cambio de escenario. La legislación prohíbe que ninguna granja venda la leche por debajo de sus costos de producción, lo que abre la puerta a posibles procesos contra las industrias lácteas en el caso de mantenerse en precios que no cubran costos.
Las actuaciones contra las industrias tendrían sus complicaciones, ya que aún no existen índices oficiales sobre costos de producción medios, que puedan servir de referencia. En cualquier caso, la legislación menciona explícitamente los costos individuales de cada productor, no los costos medios, lo que abre una segunda dificultad.
Cada explotación puede calcular sus costos propios, bien a través de un técnico, bien por medio de una aplicación informática, como la Conta Láctea, impulsada por la Xunta, pero se trataría de una información de parte que precisaría de una cierta auditoría para ser validada.
En Galicia, Medio Rural le pide al Ministerio que fortalezca los mecanismos de control de la Ley de la Cadena Alimentaria, pero de cara al futuro planea asumir esas competencias de control a través de una agencia propia de información y control alimentario, cuya creación anunció recientemente el conselleiro.
Desde la Xunta pedían también que el Ministerio de Agricultura intermediase con industrias y distribución para elevar el precio de la leche en los supermercados, si bien ese paso parece ya consumado. La presión del sector ha cerrado una subida de alrededor de 10 céntimos de las marcas blancas, en tanto las primeras marcas de leche están también elevando sus precios desde el otoño.