La empresa familiar Lácteos La Delfina está situada en la localidad bonaerense de Las Flores y desde hace 6 años comenzó a incursionar en la producción de leche de búfalas. Así, tras invertir U$S 1,5 millones desde sus inicios, lleva adelante toda la cadena productiva desde la selección genética, la cría, la alimentación de sus animales, el ordeñe en el tambo y la planta donde se elaboran productos lácteos de manera artesanal.

La empresa comenzó de un modo muy incipiente. Incursionaron con pocas búfalas ya que era la primera experiencia en el ordeñe de este tipo de animales. Ordeñaban 5 búfalas y actualmente el rodeo se compone de 120 animales. La búfala es un animal longevo por lo que la tasa de reposición es baja ya que el animal vive unos 20 años y es productiva alrededor de 15 años.

Al principio, armaron un tambo con dos ordeñadoras y luego fueron creciendo Ahora están ampliando las instalaciones para ordeñar a 250 animales. “Vamos aumentando entre el 20% y 30% de la producción por año”, dijo Carlos Noguera, fundador y presidente de la empresa, donde trabajan 4 personas en el ordeñe y 4 personas en la planta.

Pero este crecimiento no fue de casualidad. Sino que se prepararon en estos años haciendo cursos y viajes al exterior para afinar detalles productivos.

En Argentina hay alrededor de 220.000 búfalos, una cifra muy baja comparado con los 53 millones de vacunos. Hoy, la presencia bufalina se da en las provincias de Chaco, Formosa, Misiones, Santiago del Estero, San Luis, Salta, Entre Ríos y Corrientes, la principal productora de este ganado. Pero en cuanto a lechería, en Argentina no hay menos que alrededor de 500 búfalas en producción.

“La gran complejidad es ir armando el rodeo. Amansar a las búfalas y ponerlas en producción.Hay que seleccionar a las mejores e ir descartando a las menos productivas y esto lleva muchos años y es costoso”, explicó sobre uno de los desafíos de esta producción.

Para el manejo de las búfalas es muy importante no usar perros ni caballos, el ordeñe, que la búfala no sufra estrés. “El búfalo es muy inteligente y sensible. Trabajar en el bienestar animal tiene beneficios mutuos, para el animal y para nosotros”, sostuvo.

Según contó, a a la búfala le cuesta un poco más que a un vacuno manejar el estrés calórico. Por eso en verano, en los horarios de más altas temperaturas cuentan con una laguna en donde se pueden refrescar, dormir la siesta a la sombra del monte; en invierno, en la época de las heladas, también se las cuida porque creen que cuantos más cuidados recibe más. ”Se las trata con mucho cariño”, apuntó Carlos.

Además, uno de los puntos a tener en cuenta es el momento en el que se adaptan las búfalas al ambiente, en este caso, al de Las Flores, una ciudad a casi 200 km de a Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Es clave que sea en primavera o verano así se adaptan más al clima que venían de Formosa”, explicó.

A la vez que fueron creciendo con el rodeo, también fueron avanzando con el armado de la planta para darle valor agregado a la leche que obtenían. Así, la planta de lácteos fue de la mano del proyecto.

Se iniciaron con una tina de 50 litros, luego pasaron a una de 100 litros y agregando una pequeña quesería artesanal y luego pegaron el salto de armar la planta. De los 120 metros cuadrados del comienzo pasaron a los 400 metros cuadrados tras dos ampliaciones.

Según explicó Carlos, la leche bufalina contiene tres veces más materia grasa y el doble de sólidos de la bovina aportando un 40% más de calorías y una proporción mayor de proteínas y una levemente menor de lactosa siendo una solución para quienes no toleran la leche de origen vacuno. “A la vista es una leche más blanca, brillosa y dulce”, describió.

Los lácteos de leche de búfala forman parte de un mercado de nicho de productos de alta calidad para el mercado argentino. El 90% de las ventas de los lácteos es en AMBA (zona urbana común que conforman la Ciudad de Buenos Aires y 40 municipios del Conurbano) y el resto lo distribuyen en zonas turísticas como Bariloche, Esquel, Mendoza, Córdoba, Tandil, Mar del Plata, entre otros lugares. El canal es a través de Horeca (Hoteles, Restaurantes y Caterings o tiendas dietéticas y gourmet. Además, están impulsando la venta e-commerce.

“Se produce con leche fresca todos los días lo que nos da productos de buena calidad. Salvo la logística hacemos toda la cadena desde el campo hasta la casa del cliente”, sostuvo.

La producción de la firma se basa en yogures (firme y batidos), quesos, quesos semiduros, provoleta, muzzarella, queso crema, dulce de leche y ricota, entre otros productos.

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