El 80% del cereal va destinado al pienso de los animales España necesita importar casi un tercio del cereal que utiliza El 40% del cereal que llega proviene de Ucrania

La invasión de Rusia a Ucrania empieza a tener graves consecuencias en el mercado internacional del cereal. Estos dos países son los dos grandes productores de Europa, gracias a sus grandes extensiones de tierra. Ambos son responsables de alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y cebada.

Pero la guerra ha puesto todo patas arriba. El Gobierno ucraniano ha prohibido las exportaciones de centeno, cebada, trigo sarraceno, mijo, azúcar, sal y carne hasta finales de este año. Y, en cualquier caso, los puertos ucranianos están bloqueados por los soldados rusos y los barcos no pueden salir.

La situación es muy preocupante también para España. Rusia no es nuestro mercado, pero Ucrania, sí. El 40% del cereal que llega a España proviene de este país; es su principal proveedor, seguido de Brasil y Francia. “España pierde ahora a Ucrania como proveedor y nosotros tenemos unas existencias limitadas de cereal, que no dan para el enlace de campaña, en mayo-junio, que es cuando cosechamos”, explica José Manuel Álvarez, secretario general de ACCOE (Asociación Comerciantes del Cereal y Oleaginosas).

España necesita importar cereal

Las campañas van de julio a julio de un año a otro en el Hemisferio Norte. La campaña 2021-2022 comenzó en julio, y España necesita cereal hasta que vuelva a cosechar otra vez el próximo julio. “Nuestro país tiene una capacidad productiva de cereal limitada. Es de diente de sierra. Algunos años tenemos una cosecha más o menos buena, y al año siguiente la podemos tener malísima. Pero aun teniéndola muy buena, en España necesitamos importar fijo casi un tercio de lo que utilizamos. Y en un año malo, ni te cuento”, explica Álvarez.

Este año, la cosecha de cereales en España ha sido buena, de unos 24 millones de toneladas al año. El problema es que el consumo está por encima de esta cifra, entre 35 y 38 millones de toneladas. Esto obliga a España a importar entre 10 y 14 millones de toneladas, principalmente de maíz.

Cada año, durante la primera parte de la campaña, de julio a diciembre, España importa maíz de proveedores del Hemisferio Sur, principalmente de Brasil, que es donde primero se produce. En cambio, desde diciembre hasta julio es cuando se trae el maíz de Ucrania. “El problema actual es que las operaciones que teníamos hechas hasta julio se han interrumpido y falta cereal para ese enlace de campaña”, señala Álvarez.

Consecuencias de la falta de cereal

Pero, ¿cuáles son las consecuencias de no tener suficiente cereal? ¿qué implicaciones tiene esto? “Si realmente no somos capaces de encontrar otros proveedores, sería el fin, una hecatombe, porque los animales morirían. Los cereales se necesitan básicamente para el pienso”, asegura Álvarez. “El 80% del cereal que se ve en el campo termina en la tripa de un animal: o bien para el ganado, o bien para el perrito que tienes en casa. Si te cortan el cereal, no solo no vas a dejar de comer pan, tampoco vas a comer carne ni leche porque no va haber animales”.

Búsqueda de soluciones

El sector busca soluciones como sea. Los proveedores que tienen stock de estas materias primas son ahora mismo Argentina y Estados Unidos. “El problema es que los cultivos de Estados Unidos son mayoritariamente transgénicos, algo prohibido en la Unión Europea. Y Argentina tiene niveles máximos de residuos de la siega, como los insecticidas o los pesticidas, por encima de lo permitido en la UE, donde se vigila esto muchísimo”, señala Álvarez.

Esto significa que para poder importar de estos dos países, la UE tendría que levantar estas restricciones. “La solución, principalmente, tendría que pasar por el tema de los transgénicos. Estamos hablando de unos transgénicos que llevan en el mercado estadounidense años y años y no han causado ningún problema de salud pública”, indica.

Intereses encontrados dentro de la UE

Hay, además, otro pero. El gran productor de cereal de la UE es Francia y este país siempre ha sido muy reticente a la entrada de productos transgénicos. “Si entrara cereal transgénico de Estados Unidos perdería su posición predominante en el mercado”, explica.

La solución pasa por que la UE se ponga de acuerdo. “El Ministerio de Agricultura nos ha dicho que hay muy buena voluntad de todas las partes y que por fin vamos a mostrar una postura de unidad, pero yo quiero verlo. Entiendo que esta es una situación de emergencia porque Francia ahora mismo no tiene capacidad de abastecer a nadie. Ya tiene sus clientes y sus operaciones hechas. Por eso tenemos que traer cereal de Estados Unidos”, dice Álvarez.

Subida de precios

El Gobierno de Pedro Sánchez insiste en que todavía no nos encontramos en una situación de desabastecimiento de estos productos de primera necesidad pero da por sentado que los precios de los cereales subirán. “Al haber menos oferta, los precios se van a disparar. Y el hecho de que lo traigamos de otros sitos más lejanos, con la subida del precio del petróleo para el transporte, influirá también”, señala Álvarez.

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