La firma indicó que ya había "reducido significativamente" sus operaciones en el país gobernado por Vladimir Putin al detener todas las importaciones y exportaciones, excepto los "productos esenciales", y cesar la inversión y la publicidad.

Nestlé defendió este lunes su decisión de mantener sus operaciones en Rusia, asegurando que no obtendría beneficios de sus actividades locales.

El mayor fabricante de alimentos del mundo indicó que ya había “reducido significativamente” sus operaciones en el país gobernado por Vladimir Putin al detener todas las importaciones y exportaciones, excepto los “productos esenciales”, y cesar la inversión y la publicidad.

“No obtenemos ganancias de nuestras actividades restantes”, dijo la firma. “El hecho de que nosotros, al igual que otras empresas de alimentos, abastezcamos a la población con alimentos importantes no significa que simplemente sigamos como antes”.

La multinacional tiene más de 7 mil empleados en Rusia y obtuvo alrededor de 2% de sus ingresos de 87 mil millones de francos suizos (US$ 93.444 millones) en 2021 en el país. Seis fábricas todavía están operando y entregando productos a los minoristas.

Mientras, aumenta la presión desde el otro lado de la frontera para que las firmas extranjeras abandonen la nación. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, criticó al grupo suizo en un discurso transmitido a los manifestantes en la capital de Suiza, Berna, el sábado, señalando la incongruencia entre su eslogan “buena comida, buena vida” y sus acciones.

“Los negocios en Rusia funcionan a pesar de que nuestros niños mueren y nuestras ciudades son destruidas”, dijo, según informes de los medios locales.

En un discurso ante el Congreso de EEUU la semana pasada, el jefe de Estado instó a los políticos a desempeñar su papel para lograr que las compañías dejen de financiar la “maquinaria militar rusa”, nombrando a varias de ellas, incluidas las empresas de alimentos Unilever y Mondelez International, los bancos europeos Raiffeisen y Société Générale, y los grupos farmacéuticos Bayer y Sanofi.

En tanto, después de hablar por teléfono con el presidente ejecutivo de Nestlé, Mark Schneider, la semana pasada, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, tuiteó que Schneider “no muestra comprensión” sobre el impacto de permanecer en Rusia.

“Espero que Nestlé cambie de opinión pronto”, dijo.

El éxodo corporativo de Rusia se ha acelerado con algunos grupos que citan consternación por la agresión de Moscú, mientras que otros admiten en privado que también están motivados por los desafíos logísticos de operar allí en medio de fuertes sanciones.

Unas 400 empresas se han comprometido a reducir, suspender operaciones o retirarse por completo del país, mientras que unas 80 han mantenido todas o parte de sus operaciones, según Jeffrey Sonnenfeld, profesor de la Escuela de Administración de Yale, que ha estado siguiendo los movimientos, consigna el diario FT.

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