Aprovechando las ventajas de la economía circular, Conaprole y Uruplac presentaron los resultados de un plan piloto financiado por la Agencia Nacional para el Desarrollo, que tiene como objetivo convertir los desechos plásticos industriales de la cooperativa en chapas de plástico reciclado, que pueden ser usadas como sombra para el ganado en producción.

El ingeniero civil Nicolás González, del Área de Productores de Conaprole y encargado del proyecto Tambo Sustentable, destacó que el objetivo es mitigar los efectos del estrés térmico en el ganado, ya que esta es “una solución económica, eficiente y sustentable”, además de revalorizar los residuos industriales de las plantas, indicó.

Por otra parte, Eduardo Veiga, uno de los productores que participaron de este proyecto, evaluó de forma positiva esta infraestructura, dado que “las vacas lo aprovecharon” en un verano “complicado”, reflejándose en “resultados muy buenos”, indicó.

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