Si bien sólo el 40% de las mujeres cumple con los criterios para el diagnóstico clínico del Síndrome Pre Menstrual, todas en mayor o menor medida padecemos algún síntoma que nos afecta, a lo largo de nuestra vida reproductiva. El manejo de estos síntomas físicos y emocionales pueden apoyarse en los buenos resultados del aporte de los lácteos, desde una leche chocolatada, un helado, una cucharada de dulce de leche o una porción de flan que nos reconforta cuando el ánimo se nos desmorona irremediablemente, hasta lo menos visible como el ajuste en un desbalance hormonal.
Se han documentado más de 150 síntomas, pero los más populares son ansiedad, calambres, depresión, dolor y sensibilidad mamaria, malestar general, irritabilidad, problemas de concentración, antojos y un desasosiego emocional que es motivo de un sin fin de chistes, que… mal que nos pese tienen tragicómico sustento: un estudio clínico de la tensión premenstrual realizado en una población carcelaria arrojó que el 62% de los delitos de violencia fueron cometidos por las reclusas en la semana premenstrual. Pueden ser días de furia, aunque no lleguemos al delito muchachas, lo sabemos.
Todo este desbarajuste físico y emocional tiene su origen en el desbalance hormonal que se produce en la fase lútea y hasta comenzar la menstruación, excepto en perimenopáusicas, que mantienen los síntomas después. Sí chicas. Así de complicadas podemos estar. Y caballeros, en vez de saber de qué signo somos puede ser más útil saber en qué etapa del ciclo estamos (conquista tips).
Con el consumo de lácteos podemos ayudar a equilibrar concentraciones bajas de calcio, magnesio, vitamina D y B6 y el desbalance hormonal relacionado con estrógenos, progesterona y/o aldosterona y alteraciones en la síntesis de neurotransmisores, como serotonina, ya que la leche tiene triptófano, un aminoácido que favorece la liberación de serotonina en el cuerpo, mejorando el estado de ánimo y reduciendo la irritabilidad y el mal humor.
La ansiedad, la tristeza y esas irrefrenables ganas de dulces están también justificadas por la disminución en los niveles de serotonina. Se recomienda otra vez para este fin consumir alimentos que la aumenten, como los ricos en triptófano, componente natural de la leche, y como dijimos, aminoácido esencial precursor de la serotonina.
La vitamina B6 reduce el dolor y también lo hace el bajar el nivel de estrógenos. Al aumentar la ingestión de calcio y vitamina D de la mano de los lácteos podemos alcanzar este resultado ya que afectaría directamente a los niveles de estrógeno durante el periodo.
El estudio clínico publicado por el American Journal of Obtetrics & Gynecology reveló que al tratar a las reclusas que les conté al principio, con una terapia que consistió en el suministro del complejo de vitamina B y alimentación suplementaria de leche y queso en el período premenstrual, se reportó una importante mejoría.
Los resultados mostraron un aumento en la productividad laboral, una mejora en el comportamiento y la actitud, menos solicitudes de analgésicos y sedantes, y un marcado aumento en la moral general.
Miraste el almanaque y calculaste en qué etapa del ciclo estás. Es hora de tomar tu vaso de leche. Yo ya tomé el mío y me siento mucho mejor.
Consumir lácteos hace bien, también en esos días.
Valeria Guzmán Hamann
EDAIRYNEWS