Un grupo de tamberos de Santa Fe apuestan a crecer en la actividad pese a la coyuntura que atraviesa el sector.

Si hay algo que conocen los tamberos en la Argentina, es la variabilidad que existe en el negocio de la lechería en los últimos años. Y los 5 integrantes que componen la firma Proagro San Carlos lo saben muy bien.

Pese a esto, no se achican y van por más. Y hoy empieza un nuevo sueño para este grupo: ordeñaron por primera en el nuevo tambo que invirtieron un año atrás.

“Apostamos a un nuevo tambo porque se dio la oportunidad y, sobre todo, porque todos hacemos tambo. Hay momentos buenos y momentos malos, pero es lo que sabemos hacer”, expresó Daniel Ferrero, productor tambero, y líder de un grupo de productores. “No es la primera vez, pero no queda otra”, agregó a la coyuntura actual de la actividad.

”En el tambo, de estar bien a estar mal es automático. Ahora, los precios de la comida de la vaca (maíz y soja) se dispararon por la guerra entre Ucrania y Rusia, y eso nos perjudica notablemente”, reflexionó.

Daniel es productor tambero de toda la vida. Su abuelo le inculcó la pasión por la lechería y fue uno de los impulsores de productores que se unieron hace 20 años para comprar el equipo forrajero.

Luego, en 2007 decidieron armar una SRL pero a esa altura el grupo estaba conformado por 10 chacareros. Y actualmente, quedaron 5. El último integrante que se retiró, con 80 años, decidió abandonar la actividad tambera. Por lo que el grupo decidió alquilarle el tambo junto con las vacas lecheras.

De todas maneras, decidieron invertir en un nuevo tambo porque el que había estaba “obsoleto” y de las 170 vacas que había, tras hacer una selección, se quedaron con 120.

Ahora, están comprando vaquillonas porque el objetivo de este tambo es llegar a ordeñar en julio-agosto unas 300 animales y en 2023, alcanzar los 400.

La firma se dedica a prestar servicios de picadoras tanto a sus integrantes como a terceros. Tienen una máquina trabajando y ahora invirtieron en otro equipo tras tener que contratar a un tercero para que los ayude en el servicio. Por año, trabajan 5.000 hectáreas de alfalfa y más de 2.000 hectáreas de maíz. A la vez, limpian y retiran estiércol de tambos y feedlots, entre otras cosas.

Además de Daniel, quien lo gerencia, lo componen Carlos Sola, Marcelo Cane, Rubén Invinkelried y Emilio Zanuttini.

Tiempo atrás, los 5 tamberos tenían el proyecto de juntar todos los tambos y armar uno solo de 1.500 vacas -entre todos juntaban alrededor de 1.200-, pero no consiguieron un campo con el espacio suficiente para llevarlo adelante.

El tambo se basará en un sistema encerrado a base de silo de maíz y de alfalfa a cielo abierto. “Si fuera nuestro el campo, estaríamos armando los galpones pero como es alquilado, y pese a que el contrato de alquiler es de 10 años, no sabemos si una vez cumplido el contrato nos van a seguir alquilando”, reconoció Daniel.

Según la experiencia personal de Daniel y de conocer otros tambos sin galpones, la producción de litros por vaca se aproxima a 30 contra 37 o 38 litros que saca un tambo bajo techo. Esos litros, sostuvo, que se pierden se da básicamente en el verano, más allá de que se le puede hacer sombra “Cuándo mejores condiciones tiene a la vaca, mucho más litro de leche da”, cerró Daniel.

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