Con 65 años de edad, de los cuales lleva al menos 51 años como tambero y productor mixto, Jorge Themtham, todavía vive y produce en el pequeño campo donde nació. El establecimiento está ubicado la localidad de Treinta de Agosto, en el partido de Trenque Lauquen, rodeado de estancias o campos alquilados por sus viejos vecinos y sus descendientes.
Jorge reconoce que es uno de los pocos pequeños productores que queda en esa situación, al mando de una chacra mixta. La mayoría de los que eran como él han desaparecido, debido a la dificultad de mantener en marcha distintas actividades al mismo tiempo, a la reducida escala o tal vez a los obstáculos económicos con los que los pequeños productores se encuentran cada vez más seguido. Sea como fuere, este hombre no se desgana y por el contrario busca alternativas para seguir en el campo.
Una de las iniciativas más exitosas fue la de pasar a ser ciento por ciento agroecológico. Esa decisión, afirma, lo ha dejado mucho más cómodo tanto anímica como económicamente.
“Siempre tuve esa inquietud de encontrar otra manera de producir. Yo no estaba conforme con como veníamos hasta que empezamos con la agroecología. Me sentía asfixiado, agobiado, sin libertad para decidir. Había una receta y eso a mí me hacía ruido. Sentía que tenía que tener otras alternativas de producción. La receta que esta armada y no es casualidad. Es por una cuestión de negocio. Quería salir de eso”, dijo a Bichos de Campo.
Mirá la nota completa a Jorge Themtham:
Su primer trabajo entre vacas lo tuvo a los 14 años, cuando su padre compró algunos animales para que él y su hermana se hicieran de unos pesos. Pero su relación con el campo la heredó de su abuelo, quien 60 años atrás ya se encargaba de producir sus propias semillas de alfalfa y verdeos, algo que la familia hoy continúa haciendo.
El campo de 136 hectáreas de los Themtham se destina no solo a la producción del tambo y a la cría de vacas, sino que allí mismo engordan animales para carne, cuentan con algunos frutales, gallinas, y hacen algo de agricultura como verdeos, trigo y trigo sarraceno, siempre dentro de los esquemas de la agroecología.
“Yo viví toda mi vida acá y nunca me gustaron los herbicidas, los insecticidas. Siempre fui renuente a esas cuestiones. También había un tema de cuidar. Uno cuida esto porque es de uno. Yo me doy cuenta que estábamos haciendo extractivismo. La agroecología nos permite producir de otra manera, salir del paquete que te lleva atado y a su vez cuidar el suelo”, afirmó el productor.
La transición inició como un ensayo en 2015, y los buenos resultados consolidaron el recambio. En ese entonces trabajaban sobre 700 hectáreas entre lo propio y lo alquilado. El primer paso fue dejar de utilizar agroquímicos y semillas que tuvieran algún tipo de tratamiento.
“Los herbicidas los suplantamos con rotación, manejo, fechas de siembra y otros cultivos. Antes hacíamos siempre un girasol como antecesor de una pastura. Dejamos de hacer girasol y empezamos a hacer trigo que es mas aguantador”, indicó.
-¿Siente entonces la diferencia, tanto en el ambiente que habita como en el bolsillo?
-Esa es una cuestión importante de la dependencia. Y después ver cómo se ha recuperado el suelo. Hoy estoy metido en el suelo, cosa que antes yo no la miraba, no la sabía mirar. Ahora entiendo por qué mi abuelo y mi viejo hacían las cosas que hacían.
-¿Y por qué las hacían?
-La alfalfa había que sembrarla en el menguante de marzo, era sagrado. Hoy me doy cuenta que era para generar arraigo y que la planta tuviera raíz cuando llegara el frio.
-¿Es decir que “la receta” vino a alterar también algunas tradiciones?
-Exactamente. Lo que nosotros hemos recuperado con la agroecología es volver a mirar y a respetar la naturaleza. El paquete te permite sembrar en cualquier época, porque total si viene mal lo arreglas con esto o con lo otro.
-Forzando un poco la naturaleza…
-Exactamente. Hoy estamos más acordes con la naturaleza. Y lo que más feliz me pone es ver cómo hemos recuperado en el campo desde bichos de la tierra hasta pájaros. Ha vuelto la perdiz, la lechuza. Para mi tiene algo que ver con esto que estamos haciendo.
-¿Y en términos de rentabilidad no fue traumático el transito?
-No. Hicimos algunas cosas en el entusiasmo, en la manera de encararlas que ahora, después que transitamos ya 7 años, no las hacemos.
-¿Qué le recomendaría a quienes están por iniciar este transito? ¿Qué es lo que no hay que hacer?
-Hay que entender que es la agroecología y cómo se hace. No hay una receta porque la agroecología no es receta, pero si hay que asesorarse con alguien y pararse en el campo, observar y actuar en consecuencia. No decir que se es agroecológico por dejar de usar insumos. Hay que entender algunas cuestiones que hacen que uno por ahí amortigüe algunas perdidas. Con respecto a lo económico nosotros vivimos de esto. Vivimos, comemos, nos vestimos y respiramos de esto. No tenemos ninguna otra actividad que no sea esta.
Themtham integra un grupo Cambio Rural de productores agroecológicos de Treinta de Agosto llamado Suelo Vivo. Durante la entrevista agradece a la Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología (Renama), que lidera el actual director nacional de Agroecología, Jorge Cerdá. En su caso, ya coloca algunos de sus productos en el mercado local como su “carne agroecológica”, que comercializa de la mano de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) en su mercado de Avellaneda.
Por ahora la vende al precio fijado por el mercado para la carne de producción tradicional, ya que reconoce que aún no hay un sistema que diferencie ambos productos, pero aún así afirma que está entusiasmado y contento.
“Estamos haciendo algo distinto y la estamos vendiendo en un lugar distinto. No va todo junto. Hacemos un producto con otro gusto, otra grasa, y la vendemos como carne agroecológica”, remarcó.
-¿Sus hijos se coparon con esto? ¿Se van a quedar viviendo acá en la chacra?
-Sí. Están tan o más entusiasmados que yo con este tema. A uno le dan más ganas y fuerzas para hacer esto porque hay quien lo sigue. Desde lo personal fue una bendición haber encontrado esto porque a esta altura de la vida tener ganas de leer, de escuchar, de investigar, de discutir cómo producir es muy lindo y desafiante encontrar otra cosa que lo motive.
-Hubiera sido más fácil seguir con la receta, pero ha sido más divertido romperla.
-Sí. Estoy totalmente feliz de hacer lo que estoy haciendo. Ojala mucha gente se interiorice, investigue esto. Yo creo que tiene que ser la manera de producir del futuro.