El abastecimiento de las fórmulas infantiles en EEUU está en jaque. Un recall y el freno a la producción de una de las plantas de la norteamericana Abbott en febrero vació las góndolas en muchas ciudades. Y aunque otras empresas aumentan su producción la crisis todavía no se dio por terminada.

En febrero pasado, la norteamericana Abbott puso en stand by su planta de Michigan debido a sospechas de una posible contaminación en sus fórmulas infantiles. Esto sumado a los problemas logísticos arrastrados por la pandemia del COVID-19, hizo que las góndolas de alimentos para infantes entraran en quiebre de stock.

Y pese a las iniciativas de la FDApara aumentar la oferta y el recomienzo de la siguen surgiendo desafíos para la normalización. El hecho que surgió en este 2022 tiene un punto de conexión con otra crisis de similares características que tuvo lugar en el 2005 y que también hizo mella en la Argentina. Fue cuando una bacteria presente en leches en polvo para lactantes fue hallada en un lote de Enfamil AR, importada de México, y en ese entonces propiedad de la norteamericana BMS. Ver artículo de 2005.

Por el caso de ahora, Abbott se vio obligada a realizar un recall de sus marcas EleCare, Similac y Alimentum después de que cuatro bebés que consumieron productos de su planta en Sturgis fueron infectados con cronobacter y dos murieron. Abbott reanudó la producción en la fábrica la semana pasada, pero ya tuvo que ponerla en pausa de nuevo debido a fuertes tormentas que provocaron inundaciones en la zona. Por eso afirma que se podría demorar la producción y distribución durante “unas semanas” más. Ver artículo de Reuters.

Es por esta situación que empresas competidoras como la británica Reckitt Benckiser corrieron para aumentar su producción. También figura el caso de la francesa Danone, que fabrica Neocate, y empujó sus exportaciones a los EEUU. Ver artículo de Reuters.

La Federal Trade Commission, el regulador antimonopolio de EEUU ha señalado que investigará “los mergers que contribuyeron a la fragilidad del mercado”. Cuatro empresas – Abbott, Perrigo, Gerber (un subsidiario de Nestlé) y Mead Johnson controlan gran parte del mercado. Y Abbott provee casi la mitad de la fórmula infantil para el comprador más grande, que es el programa del estado, el Special Supplemental Nutrition Program for Women, Infants and Children. Así fue que en marzo, a menos de un mes del paro de producción en Michigan las góndolas ya estaban quedando vacías en algunas ciudades. Ver artículo de New Republic.

La FDA ha comunicado en las últimas semanas las acciones que tomó para aliviar el problema, incluyendo la aceleración de nuevas autorizaciones de importación, aunque no es fácil importar debido a las reglas de etiquetas del regulador que exigen que los productos muestren la información nutricional de la forma correcta. Y hay empresas que dicen que está tardando demasiado.

Asimismo, la empresas de fórmulas orgánicas, como Nature’s One de EEUU y Holle de Suiza, contaron a Reuters que están listas para mandar cientos de miles de unidadesa las tiendas pero que están esperando hace semanas la pertinente autorización de la FDA. Ver artículo de Reuters.

Aunque al menos una nueva empresa ya se hizo notar. En marzo una startup con el nombre ByHeart anunció el lanzamiento de su producto después de recibir la autorización de la FDA para su nueva planta en Pennsylvania. Se autodefine como la primera nueva empresa en entrar en el mercado en 15 años. Ver Press Release.

Claro que, la ventas de Abbott van sentir el impacto En el primer trimestre informó ventas de nutrición pediátrica por u$s 338 millones, lo que representa una caída de un 30% en comparación con el 2021. Para todo el 2021, su unidad de nutrición pediátrica le generó ventas por u$s 4.298 millones, un poco menos del 10% de sus ventas totales para el año.

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