La quesería Aldai de Oñati sufrió el pasado jueves por la noche el robo de 1.200 piezas de queso y 600 euros en metálico. Tras la denuncia presentada por los dueños, el caso está siendo investigado por la Ertzaintza.
Las fuentes policiales reconocen que se trata de un robo «particular» y que un botín gastronómico de ese calibre no es fortuito, exige una premeditación y una infraestrura. Los ladrones «debían de conocer la actividad del caserío y el entorno en el que produjo el robo», el barrio de Olabarrie. También señalan que «lo más probable es que los quesos robados vayan a comercializarse en pequeños mercados de fuera de Euskadi». Mientras tanto, la Ertzaintza seguirá investigando el caso.
La sustracción de Oñati recuerda a las que denunciaron factorías alavesas productoras de la denominación de origen Idiazabal y que los últimos meses han proliferado en distintos puntos del Estado.