El decreto 616 de 2006 del entonces Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio de Trabajo y de Salud) reglamentó el proceso de envase, transporte y producción de la leche en el país. En el artículo 14 prohíben la adición de lactosueros a la leche, pues hacerlo comúnmente se conoce como “rendir” la leche o adulterarla.
Al utilizar este líquido, que se obtiene de la producción de queso, la leche se puede vender más económica y se pueden obtener más ganancias. Sin embargo, es una práctica desleal porque los consumidores no están consumiendo 100% leche y porque en las etiquetas no se declaran las sustancias adicionales que se están agregando.
Sin embargo, el consumo de lactosuero es permitido en otros procesos de la industria de alimentos como dulces y espesantes. Julio Cabellero, asesor de la industria de alimentos y de Demogán, le explicó el año pesado a El Espectador que la mezcla con lactosuero puede hacer el producto que se promociona como leche entre 30 y 40 % más barato que la leche de verdad.
Recientemente, la Superintendencia de Industria y Comercio formuló un pliego de cargos a las empresas Gloria Colombia S.A.S., Lactalis Colombia LTDA. (Parmalat), Sabanalac S.A. y a la Compañía procesadora y distribuidora de lácteos LTDA. (Hacienda San Mateo) para determinar si han utilizado la sustancia en la producción de leche. Según la entidad la investigación inició luego de recibir varias denuncias anónimas.
El problema con el lactosuero no es su consumo, sino que al utilizarlo en alimentos esenciales y que aportan grandes cantidades de nutrientes se reduce su composición y se disminuye el aporte de nutrientes importantes como, por ejemplo, de calcio.