En una publicación en línea, los medios chinos han anunciado extraoficialmente que se bloqueará la entrada al país de las importaciones de carne de res de Nueva Zelanda y Australia, incluido Hong Kong, con efecto inmediato. En un principio no parece incluir productos lácteos.
Aparentemente, la excusa oficial sería que esos productos conllevan un riesgo de fiebre aftosa, presumiblemente por la cercanía con Indonesia, que tiene la enfermedad.
En cualquier caso, el aspecto de la fiebre aftosa es claramente falso, por lo que ese pretexto desaparecerá rápidamente y se podrá saber si se trata de una respuesta económica que busca bajar los costos de los alimentos que compra el gigante asiático o es más bien una postura política por el apoyo a Taiwán que estos países han manifestado. Lo cierto es que el mensaje ha sido enviado.
Una economía en inesperado retroceso
Las ventas minoristas de China en julio y el aumento de la producción industrial fueron menores de lo esperado. La producción de las refinerías petroleras cayó, el desempleo juvenil aumentó y los precios promedio de viviendas nuevas se derrumbaron, lo que también afectó a las materias primas. Todo esto obligó al Banco Central de China a bajar inesperadamente 2 puntos las tasas de interés en un intento por apuntalar el crecimiento.