Sin oficinas, ni empleados. EMEEQUIS detectó 13 contratos por más de 15 millones de pesos, asignados, en su mayoría sin competencia, entre 2013 y 2016, a Comercializadora Internacional Glifyn, empresa que hace poco fue incluida en el listado oficial de empresas factureras. Liconsa era su principal fuente de ingresos: le vendía uniformes.

Comercializadora Internacional Glifyn S.A. de C.V., compañía decretada “fantasma” por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), al detectar que emite comprobantes fiscales sin efectuar servicios y por existir sólo en el papel, consiguió, durante la segunda mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto, 15.8 millones de pesos por contratos para proveer de ropa a Liconsa y la empresa de participación estatal mayoritaria del sector educativo, Impresora y Encuadernadora Progreso.

Además, se transfirieron 3.5 millones de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México hacia esta firma sin activos, ni personal ni capacidad de realizar servicios, por “arrendamiento de bienes”, en el marco de la elaboración de la primera Constitución Política capitalina, en 2017.

Glifyn, que facturaba con el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) CIG1108249R9, fue incluida el pasado 10 de marzo en el oficio 500-05-2022-5921, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en el listado global definitivo de empresas factureras, a petición de la Administración General de Auditoría Fiscal Federal, perteneciente al SAT.

Esto tras detectar la existencia de comprobantes emitidos, pero sin localizar a la firma; que no posee empleados dados de alta ante el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), ni ha pagado impuestos.

Después de notificaciones para que esta comercializadora presentara ante la autoridad evidencia de su existencia y sus operaciones, y tras no recibir respuesta, fue incluida, de manera definitiva, en la lista negra del SAT.

GANABAN SIN COMPETIR

Tras una revisión a la base de datos de Compranet, EMEEQUIS detectó 13 contratos por 15 millones 780 mil 710 pesos, asignados, en su mayoría, sin procedimientos de competencia, entre 2013 y 2016. Los supuestos servicios ofrecidos fueron dotar de ropa y accesorios de seguridad a los dos entes federales, mientras que los 3.5 millones facturados a la Asamblea Legislativa fueron por renta de bienes.

El contrato más oneroso que recibió esta firma fantasma fue por 4 millones 603 mil 282 pesos, en octubre de 2014, con Liconsa.

De acuerdo con el acta de fallo del procedimiento de invitación a cuando menos tres proveedores No. IA-020VST002-N97-2014, para la adquisición de ropa deportiva y ropa industrial de trabajo, seis compañías presentaron ofertas, pero el Departamento de Relaciones Industriales descartó los otros cinco al considerar que “no eran técnicamente solventes”; en cambio, eligió la firma ahora declarada fraudulenta.

En agosto de 2015, la gerencia metropolitana sur de Liconsa dio otro contrato, que fue identificado con el número 725596, a la empresa facturera, por 3 millones 976 mil 473 pesos, para adquirir “ropa de trabajo”, en un procedimiento sin competencia.

La misma gerencia de Lincosa dispuso de 3 millones 967 mil 473 pesos por el pedido 2015-1814-C para la adquisición de uniformes de futbol, nuevamente sin que más firmas compitieran.

Entre uno y otro contrato, con base en los registros públicos de estas compras por adjudicación directa, hubo tres días de diferencia: el primero fue asignado el 17 de abril de 2015 y el segundo el día 20.

Liconsa continuó la asignación de partidas por conceptos de adquisiciones a esta firma: el 11 de marzo de 2016, a través del número de procedimiento AA-020VST003 registrado en Compranet, destinó 385 mil 380 pesos por, supuestamente, más uniformes deportivos, para esta empresa inexistente.

En los únicos dos concursos, de invitación a cuando menos tres proveedores, que Glifyn tuvo con Liconsa, ningún documento abierto muestra información sobre dueños o representantes legales de la firma. Incluso, en el contrato IA-020VST002-N97-2014-627527 existen errores en los expedientes que muestran constantes adendum y correcciones cargadas a Compranet hasta con un año de desfase, para justificar los pedidos.

Mientras con Liconsa facturó uniformes deportivos, para Impresora y Encuadernadora Progreso emitió comprobantes fiscales por ocho supuestos servicios de proveeduría, que fueron desde los 31 mil hasta 333 mil pesos.

En total, sumaron un millón 24 mil 788 pesos transferidos a Glifyn, en pedidos como fajas, prendas de seguridad, pants, botas industriales con casquillo, uniformes y fajas con tirantes.

Además de que todos los contratos fueron asignados sin competencia, por adjudicación directa, coincide que varios pedidos fueron emitidos en serie en un mismo día, a la misma hora u horas contiguas: por ejemplo, fajas con tirantes (31 mil 80 pesos), uniformes (50 mil 400 pesos) y fajas (96 mil 70 pesos) fueron adjudicadas el 8 de marzo de 2013.

Seis meses después, el 6 de septiembre, se adjudicaron dos pedidos más, por 109 mil 35 pesos cada uno, por prendas de seguridad el primero y bota industrial el segundo.

El 21 de febrero de 2015 nuevamente se facturaron prendas por 106 mil 190 pesos y el 10 de noviembre “presentes”, de los cuales no hay especificación en contrato con código de expediente 772187.

En 2017, esta compañía simuladora de operaciones facturó a la Consejería Jurídica y de Servicios Legales (Consujer) de la Ciudad de México 3 millones 500 mil pesos por renta de inmuebles, como parte de los gastos registrados por la primera Constitución Política, que ascendieron a 46.5 millones de pesos.

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