El 24 de junio del año pasado, Mastellone Hnos selló un contrato de financiamiento otorgado por Cooperatieve Rabobank para prefinanciar exportaciones con garantía hipotecaria y prendaria por u$s50 millones.
El acuerdo con la entidad crediticia holandesa fundada en 1972 fue parte de una operación mayor llevada a cabo por la dueña de La Serenísima para encarar el canje de parte de su deuda por u$s200 millones con el cual alejó el fantasma del default.
En ese momento, la empresa había reactivado una renegociación con títulos por u$s162,75 millones y logró canjear el 82,25% de sus Obligaciones Negociables (ON) Clase F por u$s164,2 millones, estirando el pago de esa deuda a cinco años, con vencimiento en julio de 2026.
Ahora, Mastellone Hnos aceptó una oferta del Rabobank para refinanciar varias de las cuotas del contrato de préstamo de prefinanciación de exportaciones otorgado el 24 de junio del año pasado.
En virtud de ese acuerdo, la láctea y la empresa holandesa decidieron modificar las fechas de vencimiento de los pagos y el interés aplicable al monto refinanciado, manteniéndose la tasa fija actual del 7,50% hasta el 26 de septiembre del 2023.
Ese día se pasará a un régimen de tasa variable basado en una tasa “Term SOFR” (tasa de referencia publicada por CME Group Benchmark Administration Limited, o su sucesor).
En tanto, el monto a refinanciar, que asciende a u$s44 millones y será cancelado en 15 cuotas trimestrales a partir del 26 de marzo del 2024.
Mayor eficiencia operativa
La dueña de la marca La Serenísima tiene como principales accionistas al fondo Dallpoint Investments y al grupo cordobés Arcor que controla el 49% de su capital.
En los últimos años, su performance financiera y comercial viene siendo afectada por la inestabilidad económica del país y la retracción del consumo masivo en un contexto de alta incertidumbre, además de los crecientes controles de precios adoptados por el Gobierno que han reducido los márgenes de rentabilidad al impedir una adecuación de valores acorde al incremento de los costos.
De hecho, el 2021 cerró su balance con pérdidas mayores a los $4.000 millones y si se cuentan los resultados de los últimos cuatro años, acumula un rojo cercano a los $6.500 millones con sólo dos balances (2019 y 2017) que mostraron ganancias conjuntas por $4.500 millones.
En tanto, durante el primer semestre de este 2022 logró revertir el rojo y cerrar el primer semestre con ganancias por $616 millones, contra pérdidas por $995 millones de igual período del 2021 y de $2.359 millones del primer semestre del 2020.
Sin embargo, el resultado positivo se produjo por el efecto del atraso cambiario versus la inflación registrada, considerando especialmente la estructura patrimonial de la compañía.
Es decir que esa reversión de su cuadro negativo no se debió a un cambio en la actividad operativa sino a la crisis cambiaria que atraviesa la economía, con los saltos del dólar blue y su brecha con el tipo de cambio oficial en un contexto de alta inestabilidad de precios por la constante suba de la inflación.
En ese marco, la compañía busca redoblar sus esfuerzos implementando una serie de iniciativas en las fases operativas y sobre todo en logística y distribución destinadas a alcanzar una mayor eficiencia operativa, administrativa y financiera.
A esto le suma que a partir de su marca insignia La Serenísima, se ha mantenido muy activa en innovación y desarrollo, lanzando productos nuevos que amplían la oferta, procurando cubrir todos los segmentos del mercado, además de llevar adelante políticas de marketing y comunicación que apuntan a incorporar valor al resto de su portfolio.