Se trata de un preparado a base de calostro de vaca (primeras secreciones de las glándulas mamarias en los días posteriores al parto), cuyos efectos han sido evaluados en un trabajo clínico reciente. Los resultados han sido publicados en el último ‘Medicine and Science in Sports and Exercise’.
En el estudio, realizado con un ‘test’ de cicloergómetro, participaron 42 ciclistas de competición divididos en varios grupos. Éstos debían cubrir una contrarreloj después de haber estado pedaleando durante dos horas al 65% de su consumo máximo de oxígeno.
Dicha prueba se llevó a cabo en dos ocasiones. Una, antes de la ingestión del preparado de calostro y, la segunda, ocho semanas después de un ciclo en el que los deportistas tomaron diariamente este suplemento nutricional o un placebo.
Rendimiento físico
Los resultados mostraron con claridad la existencia de una acción ergogénica (potenciadora del rendimiento físico) con posterioridad al ciclo de ingestión diaria de 20 gramos del producto bovino. En concreto, se registraron mejorías de dos minutos en el ‘test’ de esfuerzo en relación con el grupo control, al que le administraron la sustancia inactiva.
Por otra parte, según revela un segundo estudio publicado esta semana, la ingestión de calostro de vaca no altera los parámetros fisiológicos ni eleva niveles de sustancias endógenas que podrían provocar un resultado positivo en un control de dopaje.
Este trabajo, llevado a cabo por investigadores holandeses, muestra que los niveles sanguíneos de IGF-1 (conocido como factor de crecimiento de la insulina, y una de las sustancias anabolizantes más representativas en el organismo de un deportista) no se ven modificados por el uso de este producto de origen animal.