Abbott, el mayor fabricante de leche de fórmula infantil en Estados Unidos, anunció el retiro de los biberones de su planta de fabricación en Columbus, Ohio.

Meses después de que el cierre de una de sus fábricas provocara una grave escasez de fórmula infantil para bebés en Estados Unidos, Abbott anunció el retiro voluntario de biberones con leche Similac.

Abbott, el mayor fabricante de leche de fórmula infantil en Estados Unidos, anunció el retiro de los biberones de su planta de fabricación en Columbus, Ohio.

Esta vez, la razón no es contaminación bacteriana, como ocurrió en febrero pasado que derivó en el cierre temporal de la planta de Sturgis, Michigan, sino que los tapones de algunos de los biberones de dos onzas, listos para alimentar a los bebés, están defectuosos y no sellaron adecuadamente.

Al no cerrar bien, el contenido del biberón puede afectarse, explicó Abbott, que controla 40% del mercado de la fórmula infantil en Estados Unidos. Los bebés podrían desarrollar síntomas gastrointestinales dolorosos, como diarrea y vómitos.

La empresa subrayó que la medida afecta sólo a un “pequeño porcentaje”. Explicó que “menos del 1%” de los biberones de estos lotes retirados tienen tapas defectuosas, según un comunicado. La compañía dice que “han identificado internamente el problema y lo están solucionando”.

En febrero, la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) denunció graves problemas sanitarios en la planta de Sturgis, por lo que la planta fue cerrada temporalmente. Este cierre agravó considerablemente los problemas de suministro que ya experimentaba la primera potencia mundial.

Para hacer frente a la escasez, la administración de Joe Biden, acusada de haber reaccionado demasiado tarde, instaló una especie de puente aéreo para transportar, en aviones militares, toneladas de leche infantil producida en el extranjero.

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