“Por más que llueva tengo la seguridad de que no vamos a recuperar lo que perdimos. La baja en la producción ya se está notando en las remisiones a Conaprole”, reconoció Justino Zavala, directivo de la Agremiación Tamberos de Canelones.
En la primavera es cuando se hacen las reservas forrajeras para el verano, pero el déficit hídrico no lo permitió. A su vez, es la estación del año en donde se produce leche a más bajo costo, porque los tambos se apoyan más en el pasto.
Hoy ese pasto no está disponible, tal cual se precisó, y como consecuencia, hay que salir a comprar reservas forrajeras (fardos, raciones, etc.) y aumentar el suministro de concentrado a las vacas en la sala de ordeñe, incrementando costos productivos.
Zavala consideró que una complicación adicional para los tambos uruguayos “es ver qué pasa con el precio de leche para adelante, luego de las bajas del mercado internacional”. Recordó que Conaprole aguantaría el precio al productor hasta fin de año, pero para adelante es una incertidumbre.
Por el lado de los negocios internacionales, la situación es peor, con precios a la baja, que cayeron un escalón importante. “A eso se suma siempre un conflicto”, dijo preocupado Zabala.
Costos. Respecto al aumento de los costos de producción, no es sólo que hay que poner más dinero, sino que “es el momento” en que golpea ese incremento de los costos. “Hay que dar más concentrado en un momento del año que cuando viene normal, el uso es mínimo. El concentrado es el insumo más caro. En el momento en que tendríamos que estar con un concentrado relativamente barato, energético para complementar con la pastura, vamos a tener que pasarnos a un concentrado caro y precisaremos dar mayores cantidades”, porque ya “no hay la materia seca que necesitamos”, remarcó el directivo de la Agremiación Tamberos de Canelones a El País.
Reunión. Por otro lado, hoy miércoles se reúnen las gremiales lecheras en la sede de la Agremiación Tamberos de Canelones, con la posibilidad de que asista al encuentro el subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Ignacio Buffa.
La meta es pedirle al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, que la Emergencia Agropecuaria recientemente declarada, “contemple más a la producción lechera y sea de utilidad para el sector. Las otras veces que se puso en marcha esta herramienta, demoró mucho en ponerse operativo y después que lo hizo, a los seis meses, hay que pagarlo”, explicó Zavala.
Los productores sostienen que precisan plazos más largos para amortizar esa asistencia que impulsa el MGAP.
Otro de los planteos está vinculado con la reducción de 15% en el costo de la carga de energía que impulsó UTE para tambos e industria. “Esa tarifa se fija cada año, pero pretendemos que sea constante. Incluso este año lo comenzamos a discutir en febrero con el directorio de UTE y nos dijeron que estaba todo aprobado y recién entre agosto y septiembre se aplicó. Llevó mucho tiempo y la idea es que el sector tenga una tarifa más competitiva, porque la lechería es una actividad netamente exportadora”, cerró.