El nuevo consumidor ha hecho cambios en su dieta porque se dio cuenta del impacto positivo, o negativo que puede tener en su vida, y esto influye necesariamente en las decisiones que toma frente a la góndola.

El nuevo consumidor ha hecho cambios en su dieta porque se dio cuenta del impacto positivo, o negativo que puede tener en su vida, y esto influye necesariamente en las decisiones que toma frente a la góndola.

El COVID19 ha sido un hito a partir del cual se ha tomado mayor conciencia de hasta qué punto es fundamental mantener el cuerpo sano y bien nutrido, para enfrentarse a cualquier situación.

El refuerzo de esta conciencia trajo consigo la preocupación de que los alimentos que elegimos muestren y evidencien su contenido y sus propiedades. Cada vez son más los que están atentos a la calidad y la fuente de los alimentos, cuando en otros tiempos lo principal era que supieran bien y pudieran incorporarse fácilmente a nuestras costumbres alimenticias.

Hay un regreso a lo básico, hacia la salud, y FMCG Gurús con su estudio ha demostrado que tendemos a evitar productos demasiado glamorosos cargados de ingredientes desconocidos, o etiquetas complicadas y difíciles de leer. Lo cual deja en evidencia que los ultraprocesados diseñados para parecer lo que no son, no son la tendencia que quisieran hacernos creer.

Los lácteos deberán mostrar y demostrar que cumplen con estas expectativas, y además defenderse de las diversas calumnias e injurias, que gritan más fuerte, sin duda alguna financiadas por las producciones que pretenden reemplazarlas, prometiendo una naturalidad que dista, años luz… de la naturaleza.

Además de la salud nos preocupa el cuidado ambiental y el bienestar animal. Las grandes marcas se están poniendo a tiro y están acompañando estas inquietudes, por ejemplo, esta semana hemos visto en EDAIRYNEWS como Mastellone Hnos. en Argentina y el Grupo TGT en España, obtuvieron el sello que garantiza que la leche que procesan proviene de granjas que cumplen con los requisitos de bienestar animal que exige la certificación.

Saludable no es insípido

El sabor es algo que los consumidores más exigentes no están dispuestos a renunciar, independientemente de sus preocupaciones por las credenciales de salud y sostenibilidad, y esto obliga a las marcas a incorporar ingredientes de calidad. 

La industria debe reconocer y abordar esta aspiración a una vida saludable, cuidadosa del medio ambiente y atenta al bienestar animal porque los consumidores estamos tratando de alcanzarla; dejando constancia de que producen bajo esas máximas y sobre todo trabajando en lograr que esos productos sean accesibles y satisfagan además la experiencia sensorial, aroma, textura y sabor. 

Estas preferencias se volvieron incluso exigencias. El proceso inflacionario por el que está atravesando casi todo el globo terráqueo nos ha hecho también más reticentes a pagar de más, y esto pone en jaque las lealtades a las marcas de toda la vida.

En respuesta, ha salido una inmensa gama de “nuevos lácteos”, que no son ni leche, ni yogur, ni queso, ni manteca y hay que mirar muy bien porque vienen empacados como si lo fueran. Se parecen, pero no son. Tampoco dicen ser, pero se ven igual. Son más económicos en precio… y en nutrientes.

Producir leche se vuelve cada vez más caro, y más complejo. Pandemia, guerra, condiciones climáticas y políticas ambientales que son más dañinas que todo lo anterior. La leche puede ser el alimento libre de culpa en estos tiempos, porque es saludable, porque su producción trabaja cada vez más en cuidar el medio ambiente y proteger el bienestar animal.

También la nutrición deportiva la leche está jugando un papel preponderante. Otra cosa que ha alcanzado a la conciencia de todos en esta época es lo bien que nos hace ejercitarnos, no solo al estado físico, sino también a la salud. Los lácteos acompañan ese nuevo rictus, proveyendo nutrición e hidratación.

Los consumidores generaron conciencia de que es a través de la alimentación en dónde se encuentra la prevención de innumerables problemas de salud. Han entendido que es mejor la góndola de los lácteos que el mostrador de una farmacia. Esto desafía a la industria a generar productos divertidos y aspiracionales que se posicionen en torno a llevar un estilo de vida activo y además divertido.

A pesar de que el volumen de mercado de leche ha disminuido en las últimas dos décadas, sigue siendo el tipo más popular de producto lácteo.

Para el 40% de los consumidores, la funcionalidad es una motivación clave para recurrir a los productos lácteos, que se asocian con ingredientes ricos en nutrición, ya no buscan que lo que se lleven a la boca sea solamente rico, quieren que además le sirva para algo, y la popularidad de los lácteos demuestra que se valoran los productos lácteos como un actor vital en una dieta bien equilibrada, rica y saludable.

El estudio sobre las preferencias de los consumidores en 2022, que mencioné más arriba también dice que se busca que lo más buscado en las tablas nutricionales son específicamente las que contienen los lácteos: vitaminas (64%), calcio (58%) y proteínas (58%). Esto muestra lo importante que es que las marcas proporcionen información clara de lo que aporta cada producto, y declaraciones de sus multifuncionalidades.

Transparencia de la cadena de suministro

Los consumidores quieren más información sobre los productos que van a consumir. Cómo se obtuvieron los ingredientes, el proceso por el que atravesó el producto y sobre su distribución. 

Según el estudio, el 73% siente que los compromisos de sostenibilidad son importantes al comprar productos lácteos. Las marcas deben responder ofreciendo transparencia en toda la cadena de suministro. Esto apoyará el sentimiento de que las marcas y sus productos son confiables, seguros y de calidad.

A escala global, hasta el 62% verifica las tablas nutricionales de los lácteos. Es crucial que la industria láctea lo tenga en cuenta y trabaje en crear conciencia sobre los elementos beneficiosos y ricos en nutrientes de sus productos.

El 80% de los consumidores globales eligen las marcas locales que proporcionan ingredientes de origen local. De nuevo a la cabeza Mastellone Hnos. y luego Tregar, nos mostraron cómo eligen las frutillas chaqueñas para sus yogures.

Las marcas lácteas deben exhibir iniciativas y estrategias de sostenibilidad en toda la cadena de suministro. Desde cómo enfrentan el tema las emisiones de carbono, cómo resuelven los empaques, cuánto interés ponen en el bienestar animal y el desperdicio de alimentos.

Productos de origen vegetal

El mercado plant based continuará expandiéndose, sin embargo, la investigación de FMCG Gurús demostró que el consumo de las categorías de productos lácteos, no disminuyó ante la llegada de las alternativas. 

 

Consumir lácteos hace bien, y no podemos dejar de decirlo, todo el tiempo y de todas las maneras posibles. Entonces yo me pregunto, ustedes que son la industria láctea ¿ya tomaron su vaso de leche hoy?

 

Valeria Guzmán Hamann

EDAIRYNEWS

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