En esta oportunidad serán casi 24 mil toneladas las que podrán ingresar desde Estados Unidos y la Unión Europea sin pagar nada por el arancel.
Al igual que todos los años, a partir de las 0 horas del 1º de enero de 2023 se renovarán los cupos que se pueden importar sin arancel de leche en polvo y otros productos como lo fijaron los tratados de libre comercio (TLC) entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Sin embargo, con cada nuevo año, la renovación de estos cupos involucra un aumento en la cantidad de toneladas que se pueden traer sin pagar el arancel. Pero además, el arancel que se debe pagar si se excede este límite disminuye y se hace más barato traer productos importados.
En últimas, como lo advirtió en su columna Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG, a partir del 1 de enero de 2026 «no se tendrán contingentes, sino que la entrada de leche en polvo será infinita por la sencilla razón que el arancel será cero».
En efecto, solo restan 3 años para que, como estipuló el TLC con EE. UU., solo se pueda importar una determinada cantidad de leche en polvo sin arancel, y además se pague un arancel extracuota.
Mientras esto ocurre, todavía queda los contingentes, que para 2023 quedaron fijados de la siguiente manera: para el TLC con EE. UU., el contingente anual es de 15 692 toneladas, mientras que para el TLC con la Unión Europea, el cupo será de 8000 toneladas.
¿Qué son los contingentes arancelarios?
Los contingentes arancelarios fueron acordados en las negociaciones de los TLC como mecanismos para proteger productos sensibles de las negociaciones comerciales, principalmente del sector agropecuario, entre los que figuran lácteos, maíz y sorgo, entre otros.
A principio de año se determina una cantidad de insumos que pueden ser importados sin pagar aranceles. Una vez este cupo se agota, se cobran los impuestos correspondientes en nuevas compras, aunque también los porcentajes se reducen cada cierto tiempo.
Así funcionará para la leche en polvo en el TLC con EE. UU. hasta 2026, año en el cual se podrá importar con total libertad, mientras que en el acuerdo con la Unión Europea, será en 2028.
No obstante, aunque esta medida se aplicó en principio para proteger a los productores ante la avalancha de importaciones que vendría (y que efectivamente ya llegó), cada vez más las importadoras compran leche en polvo del exterior sin importar su costo.
De hecho, como apuntó Cubillos: «La realidad es que la entrada de leche desde EE. UU. continuará con gran dinamismo sin importar si la tasa de cambio es alta. Ya en 2022 hemos evidenciado gran entrada de leche y derivados lácteos con un dólar costoso, variable que cada vez tiene menor relevancia al conjugarse con un precio internacional a la baja».
En efecto, aunque este año la tasa de cambio alcanzó niveles récords de $5100 y en las últimas semanas ha estado más cerca de los $5000 que de los $4000, la tasa que registraba en enero, las importaciones de derivados lácteos en 2022 han sido las más caras de la historia.
Como reportamos hace unos días, en los primeros 9 meses de 2022 se han adquirido 60 723 toneladas de productos lácteos por un total de USD 229 377 000 (valor CIF).
Sin contabilizar el último trimestre, el 2022 ya superó al 2020 como el año del mayor gasto en productos lácteos traídos del extranjero, pues hace 2 años la cifra alcanzada fue de 203,5 millones de dólares. Este fue el valor CIF de las 73 663 toneladas que se importaron en ese momento.
De las 60 723 t de enero-septiembre de 2022, 45 099 corresponden a leche en polvo, de las cuales 22 655 t vienen de Estados Unidos. El cupo de 14 266 toneladas habilitado para este año fue consumido en su totalidad al cabo de 132 días, aunque más de 9000 t (60 %) ingresaron en las primeras 2 semanas de enero.
Contingente de leche en polvo en 2023
En 2018 las importadoras tardaron casi cinco meses para adquirir las 9744 toneladas disponibles sin arancel de EE. UU. En 2019 las 10718 t del nuevo cupo se terminaron antes de culminar febrero. Para 2020, 11790 t provenientes de EE. UU. fueron importadas en dos semanas, pues el 14 de enero ya se había adquirido todo el contingente.
En 2021 el cupo de 12 969 t se consumió antes de culminar enero. Con cada nuevo año, el cupo aumenta en 10 % frente al precedente. En 2022 fue de 14 266 toneladas, y en 2023 será de 15 692 t. Además, el arancel pasará de 8,8 % este año a 6,6 % el próximo año.
Respecto al cupo disponible de leche en polvo del TLC con la UE, el incremento entre un año y otro se mantiene en 400 t. En 2020 fue de 6800 toneladas, en 2021 se ubicó en 7200 t, para 2022 subió a 7600, lo que quiere decir que en 2023 será de 8000 toneladas.
Si bien en los últimos 2 años el cupo no se ha consumido totalmente, las importaciones no dejan de ser elevadas: entre el 1 de enero y el 2 de diciembre de 2022 entraron al país más de 4600 t, que corresponden al 61 % del contingente de 7600.
La leche en polvo proviene de países miembros de la UE como Bélgica, España, Francia, Irlanda, Alemania, República Checa, Polonia y Países Bajos.
A juicio de Cubillos, la entrada masiva de leche en polvo y otros derivados en los años siguientes ocasionará que el mercado se reordene y solo queden los actores «más eficientes» sin importar en qué parte de la cadena láctea estén.
«Tal caso no solo será un evento del eslabón primario por cuenta de mayor entrada de materias primas como lactosuero o leche en polvo, sino que también afectará a la industria por cuenta de mayor competencia en bienes finales como quesos, yogures y mantequillas que vienen mostrando un incremento importador», remató.
Otro jugador en la comercialización de leche en polvo: América latina
Desde que se abrieron las importaciones de lácteos de EE. UU., la mayor cantidad de lácteos han llegado de ese país. Hasta septiembre de 2022 el valor CIF de estas importaciones representaba el 49 %. Sin embargo, este porcentaje es menor a los picos alcanzados en 2020 y 2021, cuando fue del 55 %.
En cambio, las importadoras se han inclinado por comprar más leche en polvo de países como Bolivia, Argentina y Uruguay. Este año, cambiaron a México, uno de los principales comercializadores de leche en polvo a Colombia hasta hace 2 años, por Chile.
En 2020, México fue el segundo mayor exportador de lácteos a Colombia con 11 %, mientras que este año apenas representa el 0,1 % de las importaciones. Por su parte, Chile lo reemplazó en este segundo puesto en 2022, pasando del 3 % en 2021 al 15 % antes de culminar el año.
En últimas, el 2023 arrancará como todos los años con entradas masivas de leche en polvo aprovechando el cupo sin arancel, en vista de que las empresas nacionales seguirán privilegiando la leche importada a la que producen los pequeños y medianos productores de nuestro país.