Los amantes del tradicional queso costeño deben comenzar a sacar cuentas y prepararse porque seguirá subiendo de precio.
El presidente del gremio explica que los productores están enfrentando el impacto del invierno y los altos costos de insumos.
Actualmente el kilo de queso costeño es usado en muchas preparaciones tradicionales de la Costa Caribe como empanadas, carimañolas, mote, buñuelos y arepas ronda los $26 mil.
Sin embargo, no solo el queso costeño subirá sino también la leche y en menor proporció la carne bovina.
El caso de la leche y el queso es considerado como “dramático”, por el presidente de Asoganorte, Julián Saade.
El dirigente gremial explicó que son varios los factores que impulsan el aumento. Por un lado, se han presentado problemas para transitar por las vías terciarias por el fuerte invierno, lo que dificulta el transporte desde las zonas de producción hacia las ciudades.
“Este es uno de los motivos que genera algo de escasez”, detalló.
Por otro lado, están las afectaciones a los pastos generadas por las intensas lluvias, afectando la oferta de alimento para el ganado, especialmente las vacas que no alcanzan a dar las cantidades de leche que demanda el mercado.
Saade recordó que al bajar la oferta y subir la demanda se presenta un alza en los precios. “La oferta de leche, en especial por el tema climático es menor a la demanda y eso genera una tendencia alcista”.
Es así como el precio de la leche cruda está entre $2.000 y $2.200 el litro y la expectativa es que llegue a los $2.400. Si a este se le suman los costos del transporte, procesamiento, empaque y distribución, el precio del litro puede llegar a un rango entre $3.500 y $4.500.
En el caso del queso, se debe considerar que para producir un kilo se usan ocho litros de leche. Si se sacan cuentas con un litro a $2.300, el costo básico sería de $18.400 sin incluir los adicionales antes mencionados.
“Han quedado muchas tierras inhábiles para explotar por las inundaciones en La Mojana”, indicó el dirigente empresarial.
A esto se suma que cuando llegue el verano seguirá la afectación ya que los pastos no crecerán más.
Hay otros factores externos que también están afectando el mercado como el alto precio del dólar que no permite realizar importaciones de lácteos para compensar la demanda interna a precios competitivos como se hacía en años anteriores.
La leche importada no tendrá los precios ni la competitividad de hace uno o dos años.
Adicionalmente, los productores enfrentan los altos costos de insumos y materias primas como el maíz, soya, abonos y fertilizantes, por los efectos de la pandemia, el cambio climático y la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Esta es una tormenta perfecta y está sostenida para que en los próximos diez meses el precio de la leche y el de la carne tengan una tendencia alcista”, detalló.