“2022 fue un año largo, que empezó con emergencia agropecuaria por la falta de lluvia y cerró de la misma forma. La sequía es dañina, más allá de la falta de agua, ya que afecta la producción y los costos, pero también el ánimo de los productores”, expresó.
Por otra parte, se refirió a la situación de Calcar y Claldy, que anunciaron decenas de despidos y envíos al seguro de paro de varios trabajadores.
“La situación del sector industrial va más allá de la sequía”, reconoció, pero aseguró que en Uruguay el problema es “estructural, ya que las plantas queseras han quedado obsoletas, viejas y con un funcionamiento costoso”.
En esta línea, el Ejecutivo trabaja para crear un plan estratégico de la cadena láctea con beneficios fiscales que favorezcan a productores, con el objetivo de duplicar la producción lechera en un período entre diez y quince años.