Con 56,7 kilos, la primera vaca lechera clonada nació en Ningxia, China. A ella, le siguieron dos copias más de vacas altamente productivas de la raza Holstein Friesian, originaria de los Países Bajos. Y es que, ante una demanda creciente de la leche en el país asiático, estos nuevos ejemplares son capaces de producir 18 toneladas de leche por año.
De hecho, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las vacas que han servido de base para la clonación producen 1,7 veces más leche que una vaca promedio.
“Planeamos tardar de dos a tres años en construir un rebaño compuesto por más de 1000 súper vacas, como una base sólida para abordar la dependencia de China de las vacas lecheras en el extranjero y el problema del riesgo de ser ‘asfixiado’ por interrupciones en la cadena de suministro”, dijo Jin Yaping, profesor de la Universidad de Ciencias y Tecnologías Agrícolas y Forestales del Noroeste y científico principal del proyecto.
¿Cómo se clona una vaca?
Después de diversos estudios que registraron el rendimiento de producción y evaluaciones de la forma del cuerpo, se seleccionó un grupo de vacas “estrella” con alto rendimiento, longevidad y resistencia al estrés.
Después, tomaron células somáticas de las orejas del ganado Holstein Friesian y las colocaron en vacas sustitutas. Esta técnica es conocida como transferencia nuclear, la misma que se utilizó para crear a la oveja Dolly en 1996, el primer mamífero clonado en el mundo.
“La aplicación de la tecnología de clonación de células somáticas en nuevos campos evita los riesgos de bioseguridad de introducir ganado vivo y ahorra en gran medida los recursos de germoplasma de alta calidad que están a punto de ser eliminados”, explicó Yaping.
En distintos países, incluido Estados Unidos, se han clonado animales para agregarles características deseables, como en este caso es la alta producción de leche o, incluso, mayor resistencia a enfermedades, como la tuberculosis bovina.
Además, China es un país vanguardista en la clonación, pues asegura haber clonado un lobo ártico, especie en peligro de extinción. En esa ocasión, los científicos implantaron 85 embriones en los úteros de siete perras de raza Beagle -dada las similitudes genéticas entre ambas especies- y lograron que naciera uno, quien, según informaron del país asiático, se encuentra en buen estado de salud.