Así lo confirmó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, quien ha estado monitoreando la situación, a través de las seccionales del gremio en la región. El sector comercio, el más representativo de la dinámica económica, reporta una disminución en ventas entre el 50 % y 60 %, por el fuerte incremento de los precios.
“Se han perdido hasta el momento más de 9.000 empleos; en Nariño se han cancelado 600 matrículas mercantiles; en el Cauca se registran pérdidas por 50.000 millones de pesos y continúan creciendo los índices de inseguridad; un panorama desalentador que amerita una acción más contundente como ya lo habíamos mencionado, como la declaratoria de emergencia económica, social y ambiental para Nariño y Cauca”, sostuvo el dirigente.
El panorama se agrava por el alza indiscriminada de los precios de las materias primas que no están llegando fácilmente y de fletes de transporte, que presentan un fuerte incremento; antes de la emergencia costaban $2.200.000 por 10 toneladas, hoy cuestan alrededor de $6.000.000. Sin embargo, las cosechas pierden su valor, por ejemplo la carga de papa que costaba $250.000, en este momento cuesta $120.000; de igual manera con la producción de café, cacao, sandía y limón Tahití, que es producto de exportación, entre otros.
El sector turismo también reporta grave afectación por la disminución en la llegada de turistas. La ocupación hotelera es inferior al 10 %. El comercio lanza un SOS ante la grave situación que continúan viviendo y que tal como está el panorama parece no tener solución en el corto plazo.
“Es el momento de implementar alivios tributarios y financieros que permitan que los diferentes sectores puedan sortear este difícil momento”, manifestó Cabal Sanclemente.
Reporte de la Cámara de Comercio
La Cámara de Comercio de Pasto, estima que las pérdidas en esa región ya superan los $2 billones, pero es probable que sigan aumentando, pues, aunque el Gobierno proyectaba plazos más cortos para la entrega de las soluciones, ahora se prevé que su entrega total será dentro de seis meses.
De acuerdo con un reporte de la entidad, al menos 93 % de los empresarios de la región indicó que las ventas han disminuido ante la emergencia presentada en la vía Panamericana.
En el caso del sector lácteo, la Cámara de Comercio indicó que “hasta el momento se estiman unas pérdidas de 5.500 millones de pesos, teniendo en cuenta la leche derramada y la disminución de ingresos por parte de los productores”.
Entre los principales problemas identificados para el sector están la disminución de los precios de compra del litro de leche a los pequeños productores; escasez e incremento de los precios de insumos agropecuarios para la producción de leche de entre un 20 a 30 %; menor volumen acopiado por parte de las empresas comercializadoras y falta de infraestructura para ese propósito.
Así mismo, el sobrecosto de combustibles incrementa el valor operativo en procesos como ordeño de leche y el transporte de la misma desde los sectores más alejados; inexistencia de procesos de transformación láctea (pulverización); y, desarticulación entre los diferentes actores productivos y la academia como también la sinergia con el Estado en procesos de investigación y técnica para la mejora de procesos productivos.
Frente a ello se han planteado algunas propuestas como la compra pública de derivados lácteos a empresas regionales que procesen la leche adicional que no se ha podido transportar al interior del país; que los sobrecostos al trasporte de leche derivados del incremento en tiempo y el alza a los combustibles se subsidie por parte del Gobierno.
Compra pública de suplementos alimenticios (mieles) para el ganado procesado en Nariño, los cuales pueden estar a cargo de pequeños productores paneleros de la zona; dar prioridad en la venta de gasolina a quienes las requieren para bombas de ordeño; establecer mecanismos de aseguramiento agropecuario que ampare al productor en momento de crisis.
Establecer líneas de crédito especiales para productores del sector lácteo; a mediano plazo se hace necesario una planta pulverizadora para lo cual se requiere condiciones administrativas, financieras y técnicas; y, formación subsidiada dirigida a los productores para ser más competitiva la producción de leche.