Las condiciones de sequía, Niña que se nos anunció ya desde 2021, se intensificaron en el sur de Brasil, así como en Uruguay, Chile y Argentina a fines de 2022 y principios de 2023, lo que elevó los costos y redujo la producción de leche en la región.
En la industria la disminución de la oferta de productos, se debe a una menor recepción de leche por parte de las granjas.
También empezaron a frenarse las exportaciones fundamentalmente de Argentina y Uruguay, que con precios 20% arriba del GDT para la venta al exterior, se les hace muy difícil colocar producto fuera del Mercosur.
El consumo de lácteos también se cae por factores que influyen en el comercio: el alza de tasas de interés, y la ralentización de los tigres asiáticos.
Los productores de leche brasileños se beneficiaron de los precios más altos de la leche en la granja en enero. Sin embargo, los precios de la leche ya están mostrando signos de descenso en Brasil a medida que el consumo también ahí también se debilita.
La desaceleración de la actividad económica por la inflación persistentemente alta y el empeoramiento del balance fiscal del gobierno ya se están traduciendo en un mayor desempleo y menos poder adquisitivo para los consumidores brasileños.
Brasil aumenta concentración, y a pesar de tener uno de los mayores márgenes en el precio pagado por la leche en América Latina, continúa con el volumen de extracción estancado, así como sus vecinos del Mercosur.
Una encuesta de Embrapa Ganadería Lechera presentada en una reunión de la Alianza Lechera y discutida por las industrias de Rio Grande do Sul el martes (28/03) indica que el precio por litro en Brasil en 2022 es de US$ 0,56, muy por encima del valor practicado en Uruguay (US$ 0,42), Argentina (US$ 0,37) y Chile (US$ 0,44).
El estrés calórico condicionó la producción de leche, de grasa y proteína, deterioró los parámetros reproductivos, provocando abortos y reabsorciones y condicionó la respuesta del sistema inmune y salud general del rodeo, pudimos ver en un informe de expertos argentinos como Miguel Taverna y Laura Gastaldi.
Además de los problemas causados por las altas temperaturas la falta de agua malogró los cultivos y pasturas. No hay qué darles de comer a los animales.
Pero no hay mal que dure cien años, ni campo que lo resista: el agua no desapareció, sólo se precipitó en lugares distintos. Según las previsiones en 2023 lloverá muy por encima le promedio en nuestra región, y mucho menos en donde a llovido mucho en 2022.
Recordemos asimismo:
1) Los daños por inundaciones son a consecuencia de que el Estado se ha robado el dinero destinado para obras de drenaje.
2) Los daños económicos por sequía son también una consecuencia de que el Estado se ha robado toda la rentabilidad de las empresas.
— Bumper Crop (@BumperCrop1) April 2, 2023
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Se pronostica un niño intenso: MUY. Con efectos sólo comparable a los eventos de 2016. Y entonces también habrá que lidiar con la coyuntura mundial y las decisiones (o la falta de ellas) políticas de la región.
Con información de Rabobank & Sindilat