La Oficina de Patentes y Marcas (USPTO), junto con la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR), organizaron en febrero último un evento que se centró en las indicaciones geográficas y la preservación de los nombres comunes, esto en el marco de una nueva reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), uno de los principales foros económicos, conformado por 21 economías: Australia, Brunei, Canadá, Chile, China, Hong Kong, Indonesia, Japón, Corea, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papua Nueva Guinea, Perú, Filipinas, Rusia, Singapur; Taipei-China, Tailandia, Estados Unidos y Vietnam.
Para compartir nuestra posición y la experiencia de FEDELECHE con respecto a las Indicaciones Geográficas (IG) de productos alimenticios y el impacto económico que se produce cuando se intenta proteger el uso de nombres genéricos, por ejemplo, en materia de quesos, para uso de derecho exclusivo de algunos productores de la Unión Europea (UE), se nos invitó por primera vez y de forma digital a esta instancia multilateral, lo que habla del prestigio y reconocimiento que cuenta nuestra organización gremial en el contexto internacional.
En este contexto, para FEDELECHE las IG han sido un tema permanente de preocupación y trabajo durante al menos los últimos 20 años. Así, hemos participado en distintas instancias a objeto de presentar nuestra posición y en diversas acciones tendientes a mantener la posibilidad de uso de los nombres comunes de los productos lácteos, en negociaciones con países específicos y en reuniones de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
De esta manera, en la APEC hemos reforzado la importancia que tiene para el desarrollo económico y social de un sector, en nuestro caso, el sector lácteo, la imperiosa necesidad de mantener la posibilidad de uso de los nombres genéricos para todos los países, ya que si un país o bloque monopoliza los nombres genéricos de alimentos, se generan graves repercusiones a lo largo de las cadenas agrícolas y comerciales para un gran número de países en el mundo.
Por ejemplo, los consumidores se verán enfrentados a precios más altos a consecuencia de menos competencia en la categoría del producto reconocible, a menos opciones en las tiendas y a una confusión respecto a productos y marcas preferidas.
Por su parte, los productores enfrentaremos pérdida en la demanda de materia prima por el impacto que sufren las ventas de los alimentos con nombres comunes y seguramente precios más bajos debido a la pérdida de cuota de mercado. También se verán afectados los productores y exportadores de alimentos prohibidos de utilizar nombres comunes con una pérdida de mercados que se han construido durante muchos años, con la pérdida de años de inversiones y capital debido a los costosos esfuerzos que representan el cambio de las etiquetas y marcas de los productos, con la pérdida de la apreciación y fidelidad del consumidor, entre otros.
Otro elemento fundamental es expuesto es la posibilidad de producir, comercializar y exportar productos especiales es una gran alternativa para el desarrollo y crecimiento de pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales por su tamaño ven dificultado el operar en el mercado de commodities. Especial relevancia adquiere este punto en el caso del desarrollo de proyectos asociativos de productores de leche que buscan procesar y comercializar su leche con valor agregado y no sólo vender la materia prima a una empresa procesadora.
Es por lo anterior que estimamos que no es posible incluir en un listado de IG aquellos productos que en nuestro país y el mundo históricamente se han identificado con un tipo de producto genérico, más que con una zona geográfica. De hecho, es muy probable que en muchos de estos casos el consumidor no tenga siquiera una asociación del nombre del producto con una zona o región, sino más bien con las características propias del producto. Un principio fundamental de los acuerdos internacionales es abrir y expandir nuestro acceso a los mercados, especialmente aquellos que se ha logrado establecer sobre los años. No debemos permitir que un país se apropie de un nombre que ha sido de dominio público por varias décadas.
En este contexto, y solo a modo ilustrativo se expuso que nuestro país afrontó los últimos años la renegociación del acuerdo comercial con la Unión Europea, instancia donde el trabajo del gremio consideró múltiples reuniones con el equipo negociador chileno, preparación de documentos, audiencias con parlamentarios y ciertamente exposición pública a través de los medios.
Finalmente, el resultado, sin entrar en detalles, se consideró bastante positivo, manteniéndose la posibilidad de uso de prácticamente todos los nombres genéricos de quesos.