La suba fue reportada por la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., que detalló que esos productos para bebés registraron un aumento anual del 8,8 %.
Ya durante la pandemia se había dado una disparada de los precios de la leche de fórmula debido a la carencia de ‘stock’ y a las preocupaciones por su contaminación, lo que derivó en faltantes de más del 70 %. Por eso, el Gobierno se vio obligado a importar.
Por otra parte, la Administración de Alimentos y Drogas de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) anunció en marzo último acciones para garantizar un abastecimiento seguro y adecuado, por lo que realizará inspecciones a los fabricantes al menos una vez al año.
En respuesta, las empresas advirtieron que la adecuación a las nuevas normativas provocará más subas en el precio. Una de ellas es Perrigo, cuyo presidente ejecutivo, Murray Kessler, afirmó que las inversiones para modernizar la infraestructura de producción, entre otras medidas, «impactarán negativamente en el suministro y aumentarán significativamente los costos de producción de fórmula infantil». «El costo sustancial de estos nuevos requisitos regulatorios se compensará con un aumento de precios», expresó.
Bacteria mortal
En marzo último, la FDA confirmó que sus inspectores habían detectado en noviembre del año pasado la presencia de una bacteria mortal en un tipo de fórmula para bebés. Se trata de la ‘Cronobacter sakazakii’, que se halló en tarros de Enfamil ProSobee Simply Plant-Based (elaborada a base de plantas) al inspeccionar una fábrica de la empresa Reckitt en Míchigan.
Además, el año pasado la FDA comenzó a investigar los casos de nueve menores que fallecieron desde principios de 2021 tras el consumo de leche de fórmula para bebés contaminada con la misma bacteria, elaborada por la planta que Abbot Nutrition tiene en la ciudad de Sturgis, Míchigan. Con RT
