El Ministerio de Salud de Israel aprueba la distribución y venta de la llamada leche de laboratorio, un producto cuya elaboración no requiere de ningún animal. La multinacional hebrea Remilk, especializada en la fabricación de productos lácteos sin intervención animal, logra así un hito en su país, que se suma a la lista de naciones que permiten la comercialización de leche de laboratorio, como Australia y Estados Unidos.
“Esta es una decisión histórica que abre el camino para la comercialización y venta de productos lácteos no animales elaborados con Remilk para los consumidores israelíes. También sitúa al país como uno de los primeros en el mundo en permitir el acceso a los consumidores a productos lácteos sostenibles y reales elaborados sin vacas y libres de lactosa, colesterol, antibióticos y hormonas de crecimiento”, ha expresado la empresa Remilk en un comunicado.
La compañía afirma que elabora leche de laboratorio empleando proteínas de leche idénticas a las presentes de manera natural en productos lácteos. Remilk somete estos nutrientes a un proceso de fermentación de precisión y un sistema único patentado para la fabricación sin necesidad de vacas lecheras. Ni el sabor, ni los valores nutricionales ni los beneficios de la leche están “comprometidos” y todos los marcadores de la leche natural se conservan, según la marca. La leche artesanal puede frenar la amenaza de los lácteos de laboratorio
El método de producción de Remilk está inspirado en las técnicas empleadas durante generaciones para elaborar bebidas y elementos fermentados, como la cerveza y el pan. La técnica exclusiva de la compañía consiste en copiar el gen responsable de la producción de proteína de leche en las vacas e insertarlo después en levadura.
El gen lácteo actúa como un manual e instruye a la levadura sobre cómo producir la proteína de manera eficiente. Finalmente, la mezcla se introduce en fermentadores “donde se multiplica rápidamente y produce proteínas de leche reales, idénticas a las que producen las vacas”, según ha explicado Remilk. Estas proteínas se combinan después con vitaminas, minerales, grasas y azúcares de origen no animal, por lo que además “carecen de colesterol y lactosa y son aptos para crear todos los derivados lácteos”, según la compañía.
“Este es un momento decisivo, no solo para Remilk, sino para toda la industria global de proteínas alternativas y el estado de Israel, uno de los primeros en el mundo en reconocer la importancia de la fermentación de precisión”, ha subrayado el CEO y cofundador de Remilk, Aviv Wolff.
“La apertura del mercado israelí a productos lácteos reales libres de animales colocará a Israel no solo a la vanguardia de la investigación y el desarrollo de tecnología alimentaria global, sino también como un mercado líder en el mundo para el consumo de nuevos alimentos. Las noticias de hoy abren la puerta para la introducción de productos lácteos libres de animales de alta calidad y nutritivos”, concluyó Wolff.