En la zona rural de San Pedro, las familias agrícolas invierten con mucho esfuerzo en nuevas herramientas que faciliten la realización de las actividades manuales y disminuyan los costos de producción.

A lo largo y ancho del departamento es posible observar mecanización en plantaciones, trabajo de mejoramiento de suelo y cosecha pero también la incorporación de tecnología en el sector de ganadería, más precisamente en el tambo como el caso de familias de paraje Polvorín de Pozo Azul, que comenzaron a utilizar ordeñadoras para la extracción de leche.

Una de las particularidades de la zona rural de San Pedro es que está compuesta por pequeños productores que se animan a la diversificación y con esfuerzo reúnen recursos económicos para la compra de nuevos implementos, en un sector en el que la rentabilidad es una lucha constante y debe ser dividida para solventar todos los costos que demanda la chacra. Con dicho panorama, resulta sumamente importante el apoyo por parte del estado con políticas que faciliten el acceso a la mecanización.

Nuevos elementos

Entre los implementos novedosos se puede mencionar cosechadoras de maíz, sembradoras, subsoladores, macheteadoras, sistemas de cultivo con hidroponía, sistemas de riego automatizados y ordeñadoras. Esta última fue implementada por familias que se dedican a la comercialización de leche, y diariamente deben realizar el ordeñe en más de once vacas, tarea que no sólo resulta forzada sino que, de realizarlo de manera manual, demanda tiempo y mayor mano de obra.

Se trata de familias que pertenecen a la Cooperativa Agropecuaria y Forestal de Polvorín, que por medio del plan Integral en Nuestras Manos, dependiente de la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena de Nación, recibieron la financiación para mejorar la infraestructura de los tambos, es decir el espacio destinado al ordeñe para 22 familias y con parte del desembolso realizaron la compra de cuatro ordeñadoras mecánicas de dos bajadas, las que fueron destinadas a los núcleos con mayor cantidad de vacas lecheras.

La mujer en la chacra

Este plan tiene como fin valorar el rol de la mujer en la chacra, por lo que las propuestas mayormente mejoran las condiciones en la que diariamente realizan sus labores, en este caso ordeñar las vacas. Una de las mujeres beneficiadas es Sonia Rodhen, quien realizaba el ordeñe de once vacas de manera manual, lo que demandaba mucho tiempo y le era necesario contar con la ayuda de dos personas más, sin mencionar el desgaste físico.

“Antes el trabajo lo hacíamos entre tres, dos ordeñábamos y otro acomodaba a las vacas en el brete, hoy yo puedo hacer sola el trabajo de ordeñe. Fue un beneficio muy grande para nosotras las mujeres emprendedoras que producimos leche. Ahora tengo siete en producción, las restantes tendrán cría en pleno invierno, que es la época más difícil y con esto nos facilita muchísimo” reconoció Sonia Rodhen.

Antes de contar con las maquinarias no alcanzaban ordeñar las once vacas, llegaban a ordeñar nueve vacas. Hacerlo de manera manual les llevaba una hora y media o más, ahora en 40 minutos o máximo una hora, dependiendo del comportamiento de las vacas, es posible completar el proceso para que la leche esté disponible en el horario en que pasa el recolector. “Adelanta el trabajo pero principalmente elimina el cansancio de ordeñar la mano”, aseguró Rodhen.

Muchas veces la implementación de nuevas tecnologías depende de factores externos como en este caso, para que las ordeñadoras funcionen de manera normal, la tensión de la energía debe ser buena. No obstante, en el paraje en el cual residen las familias, se enfrentan al frecuente problema de baja tensión, algunos debieron comprar un generador para hacer funcionar las ordeñadoras. Si bien hace unas semanas se realizaron trabajos en la red de energía para mejorar el servicio, restan domicilios en los que el problema persiste.

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