"Tambero se nace", aseguró Valeria Hernández, una mujer que se crió entre ganado Holando y hoy es la vicepresidenta de la Asociación Nacional de Productores de Leche

Valeria Hernández tiene 36 años, es madre de un pequeño de tres, tiene tres hermanos, es tambera y ahora también referente de las mujeres y los jóvenes en el gremialismo rural. Es la nueva vicepresidenta de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), y una de las pocas mujeres, junto a Nina Sellanes, que está en un lugar de toma de decisiones dentro de la gremial.

Nació en el campo, se crió entre ganado Holando en Paso de Pache, Canelones, en el tambo familiar en el que desde chica aprendió y le tomó el gusto a la lechería, en tareas que, por su cercanía con la actividad, desde chica naturalizó, comentó a El Observador.

Su padre era tambero y remitente a Conaprole y le heredó el amor por la actividad a sus dos hijas y a sus dos hijos. Además, a Valeria, le heredó la participación en el gremialismo agrario. Integrante de la Agremiación Tamberos de Canelones (ATC), se acercó a la ANPL hace años, grupo de productores que tiene entre sus dirigentes hoy a su hija.

Desde joven Valeria se sumó a grupos de jóvenes rurales, porque para ella el campo necesita de los jóvenes para seguir adelante. Y ella es ejemplo de esa idea. Después de estudiar Gestión Agropecuaria en la Universidad de la Empresa (con una beca que ganó mediante la gremial que hoy dirige) decidió volver al campo para encargarse junto a sus hermanos de los tres campos en los que trabaja la familia, en los que hay más de 200 animales en ordeñe. Y también para emprender.

Desde que empezó a estudiar sabía que quería volver al campo en el que se crió y en el que jugando aprendió, porque, aunque reconoce que puede sonar “como una frase armada”, “tambero se nace, realmente te tiene que gustar y apasionar esto para proseguir en el tiempo y soportar muchas veces las adversidades que tiene el sector”, aseguró.

 

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Tiene 36 años, es madre de un niño de tres y elige vivir en el campo.

Amor por el campo

Una de las cosas que más valora de sus padres es cómo lograron transmitirle a ella y a sus hermanos el amor por la lechería, un rubro sacrificado en el que (más que nada en los últimos años y por la sequía) se han dado variados desafíos.

Por la falta de agua los productores han sabido salir adelante con grandes dificultades, y muchos de ellos endeudándose, pero con la mira y la esperanza de que pronto llegue una buena primavera, destacó.

Haber heredado de sus padres el gusto por el sector, “fue súper importante, porque hoy en día es muy difícil que que la gente joven siga los emprendimientos familiares en el campo”, principalmente en el tambo, comentó.

Según recordó, una de las cosas que más le gustó de ese trabajo que pasó de generación en generación es que sus padres nunca hicieron diferencias de género, siempre, los cuatro hijos, se involucraron en las tareas por igual, lo que le permitió tener su lugar sin distinciones.

Señales

Ser mujer rural y gremialista para ella es muy importante, principalmente por la posibilidad de estar en lugares de decisión y de escucha, y si bien, hoy en día participa en reuniones llenas de hombres, rescata que hoy a las mujeres “se les está dando un mayor lugar a la participación”.

“Creo que son claras las señales de que las cosas están cambiando. Se están abriendo más lugares para las mujeres, y obviamente tenemos que intentar de la mejor manera hacernos tiempo para llegar a todos lados y cumplir de verdad, porque a veces dicen que las mujeres quedan un poco relegadas, pero también para nosotras es complicado a veces encontrar el tiempo para estar en todas las actividades”, comentó.

Para ella “es importantísimo” que el espacio de escucha esté y que las mujeres lo ocupen, y es clave que las mujeres rurales lo vean y sepan que ese lugar está, principalmente porque, en el caso del gremialismo rural, la búsqueda de mejoras son siempre para fines comunes. Lo mismo pasa con los jóvenes que quieren seguir desarrollándose en el medio rural, sostuvo.

Como vicepresidenta, y reciente directiva de la ANPL, se está interiorizando en las tareas y en las metas del nuevo directorio.

Uno de sus objetivos es involucrarse en el área de jóvenes y mujeres, porque la transferencia generacional es algo que le preocupa, dijo, y porque dar continuidad al trabajo de las nuevas generaciones y fortalecer el compromiso de los nuevos tamberos son parte de los pilares del futuro del sector, aseguró.

 

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Valeria trabajó toda la vida con ganado Holando.

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