Aunque el precio del grano ya aumentó 27 por ciento, estiman que por su peso en la estructura de costos el impacto en el precio de góndola debería variar entre 2 y 6 por ciento.

El comienzo del nuevo dólar especial para el maíz -a 340 pesos hasta el 31 de agosto- tuvo un arranque explosivo: en sus primeros dos días se comercializaron 1,47 millones de toneladas del cereal, y el precio en el mercado interno pasó de 48.800 pesos por tonelada el viernes pasado al orden de los 62.000 pesos en los primeros días de esta semana, un salto del 27 por ciento.

Desde los sectores que utilizan al cereal como insumo no tardaron en llegar las críticas a la medida y las advertencias por un incremento en sus costos.

La Cámara Argentina de Feedlot fue una de las entidades que expresaron su desacuerdo y alertaron sobre los impactos de esta medida en la producción de carne. “Sabemos por experiencia que la intervención con cotizaciones diferenciales modifican los costos productivos de todas las actividades que agregan valor a la producción primaria. Que se aplique ahora un tipo de cambio diferencial a las exportaciones de maíz no hace más que entorpecer el mercado, encarecer los costos productivos, y desalentar la producción”, advirtieron.

Pero desde otros sectores aseguran que el aumento en el precio del cereal no debería sentirse de forma tan contundente en los valores al consumidor. El analista del mercado de granos Juan Manuel Uberti realizó un cálculo del impacto que debería tener el alza del precio del maíz en el precio final de las carnes, la leche y los huevos.

Tomando de base precios informados por el Indec y por supermercados y cálculos realizados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires sobre el impacto de cada insumo en la composición del precio final, Uberti estimó que por efecto de la suba del maíz el precio del pollo debería aumentar un 6 por ciento, el del huevo un 4 por ciento, el del cerdo un 3 por ciento y el de la leche y el asado apenas un 2 por ciento.

Por ejemplo, el pollo entero, que hoy está a 735 pesos y en el que el maíz explica el 21 por ciento del costo, debería quedar -si no varían los otros costos- en 776 pesos. La leche, en la que el maíz representa el 8 por ciento del costo, debería pasar de 346 a 352 pesos el litro. En los huevos, el maíz tiene una incidencia del 13 por ciento en el costo, en la carne de cerdo un 10 por ciento y en el asado un 7 por ciento, según los datos aportados por el economista.

“El aumento no es proporcional al aumento del precio del maíz, tiene impacto en el precio unitario de los productos pero en un porcentaje muy inferior”, afirmó Uberti en diálogo con Clarín, aunque aclaró que en su cálculo hay muchos supuestos, ya que asume que todos los demás componentes de la elaboración del producto (energía, mano de obra, impuestos…) no varían. Además remarcó que cada industria y empresa tiene su estructura de costos e impuestos distinta.

“Seguro que en la próxima medición estos productos van a tener un aumento diferente al de la tasa de inflación general, pero hay que entender que el maíz no es el único que tiene incidencia en los costos”, dijo Uberti.

Cabe agregar que además de asignar un dólar diferencial el Gobierno extendió los volúmenes de equilibrio para la exportación de maíz de 20 millones a 26 millones de toneladas. Estiman que esto representaría un ingreso adicional de divisas por 1.300 millones de dólares respecto a lo que se venía proyectando, que eran 2.000 millones. Hasta el momento, hay cerca de 15 millones de toneladas declaradas para exportar de la campaña 2022/23.

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