El grupo cordobés Arcor explicó que, por las dificultades para trasladar los aumentos de sus costos a precios, la inflación y la devaluación, entre otros factores, sus resultados del primer semestre de 2023 mostraron un deterioro. Cuánto se frenó la facturación y cuál fue la caída de sus ganancias
La imposibilidad de trasladar aumento de costos a precios, la inflación y la devaluación, entre otros factores, afectaron los resultados de Arcor en el primer semestre de 2023, explicó el propio grupo cordobés, la alimenticia más grande de la Argentina, al informar los resultados que obtuvo entre enero junio.

En esos seis meses, Arcor registró ventas consolidadas por $ 481.386,9 millones, un 1,9% menos, en pesos, que en el período comparable de 2022. La facturación a clientes de la Argentina representó el 69,8% de su negocio, en tanto que las exportaciones a terceros aportaron el 30,2% restante.

“En cuanto a la performance general del negocio, es relevante mencionar que el contexto en la Argentina, el principal escenario para el desarrollo de los negocios del grupo, se vio afectado por el aumento de gastos y costos, la devaluación de la moneda y el efecto que la inflación produjo en el consumo y en el poder adquisitivo de la población”, informó el grupo en su reseña informativa.

“En este contexto, la performance general del negocio sufrió un deterioro en el resultado operativo respecto del mismo período del año anterior”, añadió. Reportó que el resultado operativo, al 30 de junio, fue de $ 30.186,7 millones, equivalente al 6,3% de las ventas. En igual período del año anterior, representó el 8,3 por ciento.

“La dificultad para mantener los márgenes operativos en los niveles del año anterior se debió, principalmente, al incremento de la estructura de costos y gastos observados por sobre el incremento de los ingresos”, explicó Arcor.

“Cabe destacar que, pese al deterioro de la performance operativa y en línea con lo observado durante el año pasado, el resultado final se vio afectado por los resultados financieros, principalmente, por el incremento de la inflación respecto del mismo perído del año anterior, que generó un resultado por posición monetaria neta”, añadió.

Como consecuencia de eso, al cierre del período, Arcor tuvo un resultado final de $ 24.264,4 millones, equivalente al 5% de sus ventas. En el primer semestre de 2022, el margen neto había sido del 8,9%. Un año atrás, la ganancia neta comparable había ascendido a $ 43.522,29 millones.

La inflación es uno de los principales desafíos macroeconómicos de la Argentina. Después de una suba del 94,8% que arrojó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en 2022, a junio, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) registró una variación acumulada del 50,7% y anualizada del 115,6%. En Alimentos y Bebidas no alcohólicas (la categoría en la que más fuerte participa Arcor), los aumentos fueron del 55,6% y 116,9%, respectivamente, pese a que el Gobierno mantiene programas oficiales de control de precios desde fines de 2021.

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Alfredo Pagani, actual presidente de Arcor; reemplazó en abril a su hermano Luis al frente del grupo.

Fundada en 1951, Arcor es la mayor alimenticia de la Argentina, el primer productor mundial de cramelos duros, el mayor de chocolates de América latina, el principal exportador de golosinas del país, de Chile y de Perú, y el grupo nacional con más mercados -unos 130- abiertos en el mundo. Con 20.000 empleados a escala global, elabora 3 millones de kilos diarios de producto en 34 fábricas de la Argentina, cinco de Brasil, tres de Chile, dos de Perú, una de México y, desde el año pasado, también una en Angola, África.

En su ejercicio anual de 2022, cerrado el 31 de diciembre, en medio de los fuertes ataques políticos que recibió por parte del kirchnerismo, que lo apuntó como uno de los culpables de la inflación, Arcor gano $ 35.380,37 millones, un 8,8% menos que en 2021, según los números del balance que difundió en marzo. La facturación el año pasado había crecido 6,5%, a $ 625.083,12 millones.

En abril, el grupo fue noticia porque, después de 30 años, dejó su presidencia Luis Alejandro Pagani, uno de los principales empresarios de la Argentina de las últimas décadas. Lo sucedió su hermano Alfredo, el tercer Pagani en 70 años -el primero fue su padre, Fulvio- en estar al frente del Gigante de Arroyito.

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