La multinacional Danone investiga el comportamiento de sus productos en un ‘sistema digestivo artificial’, aplicando machine learning para establecer correlaciones y mejorar así sus beneficios en la salud.
La tecnología juega un papel fundamental en Danone. Los fabricantes de la industria alimentaria destinan cada año ingentes cantidades de dinero en I+D+i, buscando el desarrollo de nuevos productos más saludables, con más y mejores beneficios para la salud, más sostenibles, más atractivos para el consumidor…

Y si hay una tecnología que lo está revolucionando todo, no cabe la menor duda de que ésta es la inteligencia artificial, que ya se cuela hasta en los yogures.

La agencia explica que los científicos de la empresa introducen yogur en un sistema de envases globulares de cristal y tubos de plástico que simulan un ‘sistema digestivo artificial’. Este invento imita la absorción de alimentos durante el proceso digestivo y permite observar cuánto resisten las bacterias al efecto de los ácidos y enzimas estomacales para evaluar su capacidad de asentarse en el intestino.

Y aquí entra en juego la inteligencia artificial, aprovechando muestras de pacientes y perfiles de salud para cruzar los datos con el fin de mejorar los beneficios potenciales de los probióticos para la salud.

Las bacterias más prometedoras se estudian a fondo para ver cómo interactúan con las fibras y las vitaminas de los alimentos. Y el aprendizaje automático se ocupa de establecer conexiones entre las bacterias seleccionadas y las condiciones de la salud esperadas.

La idea es seguir avanzando en el desarrollo de un ‘yogur mejorado’, teniendo en cuenta los beneficios de los probióticos. Hay que recordar que Danone ya cuenta en su catálogo con productos como Actimel o Activia, que apuestan precisamente en esta dirección.

La multinacional espera que la tecnología le permita determinar qué bacterias son más eficaces y por qué. “Danone apuesta a futuro por un giro en el sector lácteo. Es crucial aportar los fermentadores apropiados, las ventajas buenas para la salud y conseguir que resalten ante los consumidores”, explica Juergen Esser, director general adjunto de la compañía, en declaraciones para Bloomberg.

Además, esta innovación parece fundamental para la empresa, ya que su división de lácteos ha reducido su volumen de ventas en siete de los últimos nueve ejercicios, como consecuencia de la búsqueda de productos más baratos por parte del consumidor final.

“La única forma en que Danone puede revivir su negocio es invirtiendo en un producto superior que respalde un mejor poder de fijación de precios”, indica a la agencia Bruno Monteyne, analista de Bernstein.

Así pues, la compañía confía en que su experiencia en el sector lácteo y su biblioteca de bacterias sea una ventaja competitiva frente a sus rivales en el mercado, que también están estudiando opciones para conquistar nuevos mercados.

Por ejemplo, hace poco contábamos que Nestlé está investigando el uso de proteínas lácteas libres de animales a través de su acelerador de I+D de Estados Unidos, merced a un acuerdo con Perfect Day.

Esta empresa biotech ha sido capaz de crear una leche de vaca ‘sintética’, obteniendo las proteínas de la leche a partir de la fermentación de levaduras modificadas mediante la inserción de genes de proteína de caseína para obtener fermento láctico natural.

Perfect Day desarrolló su primer producto en 2019, un helado elaborado con su leche artificial. Y poco a poco ha ido descubriendo más aplicaciones: leches, quesos untables, chocolates, suplementos nutricionales para deportistas, mezclas para la elaboración de magdalenas, etc.

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