La cooperativa SanCor, que supo ser una de las productoras lácteas más importante del mundo, arrastra una delicada situación financiera desde hace años que la obligó a desprenderse de unidades de negocios rentables y necesitar un plan de salvataje que en su momento presentó el salteño José Urtubey con empresarios rosarinos pero la plata nunca apareció y la crisis continuó.
Durante décadas, el apogeo de la empresa cooperativa fue utilizada para el enriquecimiento de las mesas directivas que se fueron sucediendo con los años con sueldos multimillonarios, el traslado en aviones de la firma y el uso indiscriminado de tarjetas corporativas.
A tal punto que en la localidad de Sunchales, donde está la sede de SanCor, se construyó un aeropuerto para aviones jet que fue noticia días atrás cuando LPO reveló un misterioso viaje que hizo el presidente de Uruguay Lacalle Pou para asistir a un evento de Sancor Seguros, un desprendimiento muy lucrativo de la láctea pero que se sospecha que funcionan en tándem.
Lo cierto es que ahora Sancor enfrenta una demanda por más de 61 millones y medio de dólares en los tribunales de New York por deudas a fondos de inversión de créditos que nunca canceló y que ahora compromete a la firma y a la garante Sancor Brasil, ambas con sede en Miami.
El crédito de casi 34,5 millones de dólares fue otorgado el 21 de diciembre de 2009 por el fondo de inversión IIG TOF B.V., y a pesar de haber vencido el 31 de octubre de 2019, la deuda nunca fue reembolsada y se generaron intereses millonarios que el demandante calculó en U$S27.0240188 sumando más de 61,5 millones de dólares.
A su vez, el fondo con el que Sancor originó el crédito, IIG TOF B.V., una empresa holandesa con sede corporativa en Ámsterdam fue declarada en quiebra en 2020 pero previamente se desprendió de los derechos del crédito a terceros, entre ellos el fondo STFF que ahora demanda a la láctea.
Ahora Sancor enfrenta una demanda por más de 61 millones y medio de dólares en los tribunales de New York por deudas a fondos de inversión de créditos que nunca canceló y que ahora compromete a la firma y a la garante Sancor Brasil, ambas con sede en Miami.
Previamente, el préstamo pasó en manos de otros fondos como el Malta Bank, el TriLinc, una empresa constituida en las Islas Caimán. Del mismo lugar, tuvo participación el fondo Trade Finance Funding I, Ltd. Además, otros dos fondos constituidos en Curazao se hicieron de parte de la deuda de Sancor: Girobank N.V. y VRF, todas estas firmas figuran en la página de Offshore Alert, la fundación que se dedica a advertir sobre desfalcos y fraudes de fondos buitres.
Sin embargo, durante estos años, el préstamo de Sancor también pasó por el Fideicomiso de Financiamiento Comercial creado bajo el paraíso fiscal Delaware y desde el 14 de agosto pasado, los derechos quedaron en manos de la holandesa IIG Global Trade Finance Fund (STFF) que activó la demanda ante los tribunales de New York.
Según consta en la causa a la que accedió LPO, Sanco había interpuesto como garantía la producción, entre los que incorporaron las líneas de quesos, uno de los más destacados de la firma, y determinados activos inmobiliarios, incluida una hipoteca sobre sus oficinas centrales además de algunos activos por cobrar como las ventas de unidades de negocios a algunos de sus socios comerciales, incluida Fonterra Limited, el gigante lácteo neozelandés, según interpone la financiera demandante.
Según consta en la causa a la que accedió LPO, Sanco había interpuesto como garantía la producción, entre los que incorporaron las líneas de quesos, uno de los más destacados de la firma, y determinados activos inmobiliarios, incluida una hipoteca sobre sus oficinas centrales además de algunos activos por cobrar como las ventas de unidades de negocios a algunos de sus socios comerciales, incluida Fonterra Limited, el gigante lácteo neozelandés, según interpone la financiera demandante.
Finalmente, sostiene el acreedor, Sancor acordó pagar el monto del crédito reestructurado en U$S34.476.796.00 antes del 31 de octubre de 2019 y la garante, Sancor Brasil, aceptó el acuerdo, pero después la láctea no hizo ninguna cancelación y el préstamo terminó de vencer el 31 de octubre de 2019.
A partir de allí, los intereses se fueron acumulando a tasa del 17,775% anual. Al 31 de agosto de 2023, el monto adeudado ascendía a los U$S 62.541.947,63, compuesto por capital impago e intereses de U$S 28.065.151,63, más costas y gastos.
Para empeorar las cosas, en marzo de 2022, se informó al fondo STFF que Sancor había vendido garantías a terceros y apropiando indebidamente las ganancias, detalló la financiera en la causa.
Por otro lado, en 2022, Sancor escribió una carta al STFF en la que pretendía retractarse de los reconocimientos previos que habían hecho de la deuda aseverando que “…nos vemos obligados a rechazar y negar que exista reconocimiento alguno por parte de Sancor de su crédito”, pero no hubo caso y ahora deberá afrontar el tema en los Tribunales de Nueva York.