“Considerando que la sequía ha impactado en la economía de muchas producciones, hemos tomado la decisión de extender por un poco más de tres meses, hasta fin de año, la emergencia agropecuaria”, dijo a periodistas el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos.
Señaló que aunque las causan están cesando y se esperan las precipitaciones del fenómeno El Niño en el último trimestre del año, persisten los efectos de la continuada falta de lluvias.
“Si interrumpimos la emergencia, se caen los instrumentos crediticios que han dado apoyo y respaldo a los productores que aún lo necesitan”, explicó.
La emergencia agropecuaria, que rige desde octubre de 2022, incluye a la ganadería, lechería, horticultura, fruticultura, agricultura, apicultura, avicultura y forestación.
Mattos se mostró sin embargo optimista sobre el rumbo hacia la normalidad, destacando la recuperación del forraje y la disponibilidad de aguadas.
El presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Patricio Cortabarría, dijo el sábado que Uruguay vivió una de las peores sequías de su historia.
Para ilustrar su impacto, dijo que 455.000 terneros menos nacerán esta primavera austral, y que en vitivinicultura y frutales, las pérdidas de producción se estiman entre 30 y 50%.
En su discurso ante las autoridades, Cortabarría destacó que la mayor parte del 2,5% de contracción del PIB en el segundo trimestre de 2023 se explica por la caída de la producción agropecuaria.
“Las pérdidas son cuantiosas, cercanas a los 2.000 millones de dólares”, afirmó.